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Espiritualidad

Derivada del griego spiritus cuyo significado es “respiro” o “soplo vital que anima el cuerpo”, la palabra espiritualidad denota una cualidad relacionada con lo que es espiritual, lo que pertenece al espíritu de las personas.

Por su significado en relación con su etimología, “respiro” tiene vinculación con el aire, lo que explica su traducción al griego como pneuma, que significa “aliento”, “respiración”. Para los griegos, el espíritu era el soplo vital o el principio de vida del cuerpo.

La espiritualidad es una dimensión del ser humano, como la dimensión biológica y la dimensión social.

La espiritualidad se trata de una disposición del sujeto para desarrollar e investigar las características de su espíritu, lo cual puede suceder a través de distintos tipos de búsqueda.

Desde el principio de los tiempos, el ser humano se ha hecho preguntas acerca del sentido de la vida, el por qué de la existencia, y el origen del mundo.

La filosofía ha realizado, desde sus inicios, diversas interpretaciones a través de sus corrientes doctrinarias para dar respuesta a estas preguntas.

El hombre ha intentado desde siempre encontrar la felicidad, encontrarse a sí mismo, y experimentar sensaciones de bienestar por medio de una conexión con la naturaleza, consigo mismo, o con lo sagrado, aquello que trasciende lo carnal.

La posibilidad de salvación desde la perspectiva de la relación del hombre con un ser superior (Dios), ha permitido que la espiritualidad tenga un enfoque direccionado, que va más allá del estilo de vida.

La espiritualidad es una dimensión del ser humano, como lo son la dimensión biológica, la psíquica y la social. Se trata de una condición que permite concebir la idea de Dios como un ser superior, y posibilita la conexión con algo que es más grande que nosotros mismos.

Lo espiritual es lo opuesto a lo material, polos cuyo estudio dio lugar al nacimiento de gran diversidad de corrientes ideológicas y doctrinarias que defendieron sus posiciones opuestas. Idealismo y materialismo tuvieron, desde tiempos remotos, defensores y detractores.

El hombre está compuesto por cuerpo, alma y espíritu. Su corporalidad física es de naturaleza biológica; el alma (donde reside nuestra inteligencia, imaginación y voluntad) nos imprime una determinada personalidad individual con determinados sentimientos, pensamientos y emociones; y el espíritu es el que nos permite concebir la existencia de Dios.

Si bien la espiritualidad no está predeterminada por las religiones ni hay una dependencia de ellas, estar dotados de esta condición que es la espiritualidad nos conecta directamente con Dios, si estamos dispuestos a esa conexión con lo divino.

Hay experiencias que despiertan nuestra espiritualidad porque nos brindan una sensación de plenitud, como lo es el desarrollo personal, el autoconocimiento, el yoga, el control mental, la meditación, las actividades deportivas, el arte.

Pero nada tienen que ver con el espíritu divino que da verdadero aliento de vida a las personas a través de la relación espiritual con Dios.

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