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Humano es lo inherente a la naturaleza del hombre, según su propia etimología.

Del latín humus (tierra o lodo), ser humano significa simplemente “tierra” en referencia a la creación del primer hombre a partir de la arcilla, o barro.

En relación a ello, cuando alguien muere y es enterrado se dice que sus restos fueron “inhumados”.

El ser humano fue creado por Dios modelando la tierra, según la teoría cristiana de la Creación.

En el pensamiento cristiano, el ciclo de la creación está escrito en el libro de Génesis, y fue llevado a cabo (simbólicamente) en siete días, que podrían tratarse de eras geológicas ocurridas en miles de años.

En la primera fase de la creación Dios puso en orden el caos separando la luz de las tinieblas, las aguas del mar fueron separadas de las aguas del cielo, y los océanos y mares se separaron de la tierra firme.

Luego de crear el sol, la luna y las estrellas para diferenciar el día de la noche, en la segunda fase Dios puebla de seres vivos al mundo.

Entre los animales terrestres Dios crea al ser humano a imagen suya como culminación de la obra.

Dios creó al ser humano a partir de la arcilla, modelándola cual hábil alfarero. Hizo al hombre y a la mujer, que habitaron en el jardín del Edén. Desde su creación, el humus dio nombre a los humanos.

Muchas veces nos preguntamos qué y quiénes somos, de dónde venimos, qué naturaleza tenemos, cuál es el sentido de la existencia.

La mayoría de estas cuestiones que muchos debatimos en forma cotidiana, tienen que ver con la perspectiva que tenemos acerca del mundo.

Nuestra mirada, nuestra cosmovisión, la forma que tenemos de entender al mundo, la realidad y al ser humano, determinan las respuestas.

Es importante tener las ideas claras sobre la vida y el ser humano en toda su dimensión, para poder opinar con fundamentos al debatir o decidir sobre cuestiones esenciales.

No sólo la Biblia ha hablado del ser humano, sino que también la filosofía lo ha hecho tratando de definir su naturaleza y su esencia, además de ocuparse del problema de la libertad.

En la Grecia Clásica, el pensamiento filosófico griego concibió al ser humano como un ser natural que debe estar en armonía con la naturaleza, por lo que su propia esencia como ser social lo lleva a vivir en sociedad, en la búsqueda de la armonía con los semejantes.

Uno de los grandes exponentes del pensamiento griego fue Platón, filósofo que abordó el tema del alma. El ser humano no es sólo un cuerpo sino que además de lo material estamos dotados de un alma.

Concebir la idea de la existencia del alma nos hace reflexionar sobre cuestiones como el aborto, la eutanasia, la ingeniería genética y muchas otras que se debaten en la actualidad.

Para entender el presente es necesario conocer el pasado, porque muchas ideologías actuales que abordan el tema del ser humano están sustentadas en tradiciones filosóficas e ideas que fueron examinadas a lo largo de la historia.

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