Ir al contenido

Idealismo

Idealismo es la posición doctrinaria que afirma la primacía de la ideas, es decir que niega la existencia de la realidad en forma independiente a la conciencia. El idealismo es la corriente opuesta al materialismo, que considera que la materia es la única realidad posible.

El idealismo es una posición filosófica que tiene la tendencia de idealizar la realidad, ya que asegura que el mundo exterior es una idea que procede de la mente considerando que los objetos de la realidad no tienen existencia sin una mente que tenga conciencia de ellos. O sea que el mundo externo no es concebido en forma independiente a la mente humana.

En el lenguaje coloquial se utiliza el término idealismo para referirse a un proceso psíquico por el cual se ve la realidad de un modo más armónico y perfecto de lo que es en verdad. Y en relación a una persona, se la ve con cualidades mejores a las reales, o con cualidades que la persona no posee.

El idealismo considera al yo como único factor constituyente en forma auténtica de la realidad, exaltando los valores de la tradición, el sentimiento y lo irracional. El dinamismo interno del yo y sus manifestaciones conforman la realidad para el idealismo, con la guía de la moral del deber.

Existen dos tipos de idealismo: el objetivo y el subjetivo. El idealismo objetivo asegura que las ideas existen por sí mismas y que sólo es posible descubrirlas o aprenderlas mediante la conciencia. Sus máximos exponentes fueron Platón, Hegel, Leibniz, Dilthey, Bolzano y Frege.

El idealismo subjetivo afirma que las ideas no existen en el mundo exterior sino en la mente del sujeto. Es decir que todo gira en torno al ser pensante. Se destacan las teorías de Berkeley, Kant, Fichte, Mach, Cassirer y Collingwood.

En su libro “El hombre mediocre“, José Ingenieros describe tres tipos de hombres: el hombre inferior, el mediocre y el superior, exaltando a este último también llamado el hombre idealista. Este hombre es el que puede usar la imaginación para concebir ideales que tienen legitimidad por la experiencia, y se propone ideales muy altos de perfección para transformar el pasado ajustando la realidad a sus ideales y contribuyendo así a la evolución social. El hombre idealista no se somete a dogmas sociales ni morales, es soñador, culto, entusiasta, de personalidad original, indisciplinado, a los que los mediocres se oponen.

Etiquetas:

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *