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Perversión

El concepto de perversión por fuera del campo psicoanalítico, es usado de manera equivocada. Pensar en perversión se asocia comúnmente con depravación sexual, amoralidad y corrupción.

La perversión asociada a comportamientos sexuales repulsivos, actos pervertidos y violencia sexual, es una forma errónea de abordar el concepto.

Desde un punto de vista psicoanalítico, la perversión forma parte de la estructura psíquica junto a la neurosis y la psicosis. Es decir que es constitutiva del sujeto, y se caracteriza por la transgresión y el desafío.

la perversión en el hombre

La personalidad es constitutiva del ser humano.

Origen del término

El término proviene de la descripción clínica, y fue elegido por el psiquiatra alemán Krafft Ebing en su libro del año 1886 “Las psicopatías sexuales”, que presenta una amplia casuística sobre prácticas perversas. Así estableció los términos sadismo y masoquismo, en base a los nombres del Marqués de Sade y Sacher Masoch, respectivamente.

Desde el punto de vista psicoanalítico, la perversión no es una patología o trastorno que puede curarse. Sino una posición que el sujeto asume frente a su angustia. Por lo tanto, es constitutiva de cada estructura psíquica en forma inconsciente.

Perversión y estructura psíquica

El ser humano está constituido bajo una “estructura de personalidad” que se entiende como aquello que nos constituye, que nos hace “ser” en relación a nosotros mismos y al entorno, una manera de ser y estar en el mundo. Desde la perspectiva del psicoanálisis existen tres estructuras básicas:

  • Neurosis
  • Psicosis
  • Perversión

Estas estructuras psíquicas son los modos que las personas encuentran de ubicarse frente al otro, en sus relaciones subjetivas.

La personalidad se estructura en base a las primeras experiencias vividas en la más tierna infancia: experiencias de amor, pero también experiencias de muerte. Experiencias de apego, cariño, afecto, y la posterior separación-individuación. Y experiencias de muerte expresadas a través del rechazo, descuido, falta de reconocimiento, destrucción, aniquilación, el niño como prolongación de su madre, entre tantas otras.

El tipo de experiencias vividas en la primera infancia, y la forma en que se hayan percibido por el niño van a quedar de alguna manera “fijadas” en la psique del infante. En especial las experiencias vividas como excesos: exceso de frustración y exceso de satisfacción.

¿Es modificable la estructura psíquica?

El psicoanálisis plantea una seriación de las estructuras, lo que implica que la constitución subjetiva de un sujeto no es modificable. Es decir, sostiene que no es posible la salida de esas estructuraciones básicas, ya que son diferentes formas de situarse en las relaciones subjetivas.

Por otra parte, bajo una lectura psicoanalítica, todas las personas presentarían un posicionamiento en alguna de las tres grandes categorías.

Sin embargo, no debemos confundir los rasgos perversos de la neurosis (que todos podemos tener), con la estructura perversa. Según Freud, la frontera entre ambas son las extralimitaciones de la vida sexual (parafilia, zoofilia, fetichismo, voyerismo, exhibicionismo)

¿Qué es la perversión?

Según sostiene Lacan, no hay que limitarse al plano sexual para definirla ya que el perverso tiene una razón de ser, que es el goce. Sin importar la parte corporal que se ponga en juego para conseguirlo, impone su ley sin reprimirse. En general, son “niños grandes” que no conocen los límites, hacen lo que quieren sin sufrir por ello ni arrepentirse. Violar las leyes, transgredirlas, “darlas vuelta”, incumplirlas, es lo que define la perversión.

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