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La pasión es un sentimiento cargado de vehemencia que se expresa a través del deseo sexual, del odio, la ira o los celos. Es fugaz, desaparece tan repentinamente como aparece ya que no se sostiene en el tiempo.

Se trata de una afición tan profunda hacia algo o alguien, que puede perturbar la razón y dominar la voluntad de la persona. Por eso quien toma decisiones en momentos de pasión, tiende a actuar por impulso.

Quien se apasiona está atravesado por un desborde emocional que desordena los pensamientos, e impide el razonamiento.

pasión por el fútbol en un estadio repleto

Fútbol, pasión de multitudes

Etimología del término pasión

La palabra deriva del latín passio que significa “sufrimiento”. Y éste deviene a su vez del verbo patior, que se traduce como padecer, tolerar, sufrir. Es decir que, según su etimología, el término se refiere a un estado pasivo, opuesto a la acción.

¿Qué es la pasión?

La pasión es un sentimiento muy intenso y desbordante por otra persona, por una idea, actividad o deporte. Se manifiesta como una gran emoción que nubla el pensamiento y genera acciones impulsivas. Según Platón, las pasiones pertenecen al ámbito del placer y el dolor. Distinguiendo las bajas pasiones de las nobles, como el amor.

Para Aristóteles ninguna pasión es mala si está dominada por el intelecto. Los estoicos, en cambio, afirmaban que las pasiones alejan al hombre de su esencia racional.

Por otra parte, sostuvo San Agustín que es la intención lo que distingue a las pasiones en buenas y malas. Muchas veces enaltecen la condición humana y también son el ingrediente que permite materializar grandes logros.

El amor apasionado

Confundir el apasionamiento con el amor, es muy común. El enamoramiento o deslumbramiento inicial hace que se confunda la atracción sexual con el amor genuino. El ser interior que es el otro, más allá de su apariencia exterior, pasa a un segundo plano en presencia de la pasión.

La pasión cristiana

Para el cristianismo, el término alude al vía crucis, que es el camino que hizo Jesús portando la cruz hacia el martirio de la crucifixión. Durante el imperio romano, esta forma de muerte era un castigo que se aplicaba a los esclavos que participaban en rebeliones, y a quienes no eran ciudadanos romanos, como Jesús.

La muerte de Cristo, según la Biblia, fue necesaria según el plan divino de salvación. Quien era el Hijo de Dios podría haber evitado la agonía lenta y cruel que lo llevó a la muerte. Pero escrito estaba.

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