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A caballo regalado no se le miran los dientes

“A caballo regalado no se le miran los dientes” es un refrán popular muy utilizado a la hora de recibir un regalo que no es de nuestro agrado.

El consejo que encierra el proverbio tiene que ver con la idea de agradecimiento. Cualquiera sea el obsequio o atención que recibamos, debemos ser agradecidos sin desdeñar lo que nos brindan.

Es de buena educación aceptar con gratitud y cortesía aquello que nos obsequian, sin analizar su calidad, precio, defectos o detalles.

A caballo regalado no se le miran los dientes es una frase que compara a estos animales con un regalo

Tropilla de caballos

A caballo regalado no se le miran…

Aún incompleta, la frase es tan popular que cualquier persona podría completarla. Aunque entre todas las cosas que pueden regalarse, un caballo es de las menos frecuentes. Obsequiar perfumes, libros, flores, outfit, objetos de decoración, chocolates son algunas de las tantas opciones posibles. Pero es difícil incluir entre ellas a los caballos.

Sin embargo, la analogía equina es muy ilustrativa para transmitir el consejo del aforismo. Ya que la interpretación de los refranes no es literal.

En este caso, la idea del refrán es subrayar la actitud agradecida que nos debe destacar como seres humanos a la hora de recibir un regalo. Como así también, nos propone criticar o desterrar aquellas actitudes de personas que destacan las insuficiencias, en lugar de valorar un hecho fortuito que las beneficia.

¿Por qué la comparación con el caballo?

La expresión tiene su origen en las ferias de ganado, en relación al análisis que hacían los expertos de la dentadura del caballo, para conocer el estado de salud en general. En esta paremia, dentadura equivale a “dientes”, y “caballo” a obsequio o situación fortuita beneficiosa.

Tanto en los tiempos de la esclavitud como en las ferias de caballos, el estado de las piezas dentales era de gran valor. Esto es así porque ellas permitían determinar ciertas características del ser humano o del ejemplar equino.

La edad, tipo de alimentación, procedencia, estado de salud en general son algunos de los datos que podían deducirse del examen de la dentadura del caballo. Cuanto mejor sea la dentadura del animal, mayor garantía de su estado de salud tendrá el comprador.

De la comparación con un animal tan noble como el caballo nació esta máxima, refrán o paremia.

“A caballo regalado, no se le miran los dientes”: una paremia

Los refranes, máximas, frases populares y proverbios son una paremia cuando su estructura encierra una enseñanza escrita en verso con rima. Es decir, que una paremia es una frase popular que se repite en forma invariable como tradición, con la característica de expresar un consejo. Pero ese pensamiento moral debe estar formulado con rima para que no sea un simple refrán.

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