“Ojo por ojo, diente por diente” es una frase del refranero popular que alude a la venganza justiciera. Su mensaje justifica la reciprocidad del agravio.
Este antiquísimo principio de justicia está expresado en la Ley del Talión, que regía en los tiempos que nació Jesucristo. Se basaba en el principio de la justicia retributiva, por la que el castigo era la forma idónea de hacer justicia.
La idea era que todo daño sufrido debía recibir como respuesta un daño idéntico. Quien mataba, por ejemplo, debía ser condenado a muerte.
El origen del refrán popular
Varios siglos antes de nuestra era, la ley del Talión promulgó la idea de que hacer justicia era devolver el mismo daño que se recibió. Es decir que debía haber proporcionalidad entre la pena impuesta y el delito cometido. Talión deriva de la raíz latina talis, que significa “igual” o “semejante”. Propone que un mal acto merece ser contestado con otro mal acto de la misma envergadura. De esta forma, se ejercía control sobre la emoción desmedida de venganza.
La primera vez que se legisló sobre la ley del Talión fue en el Código de Hammurabi, creado por el rey de Babilonia. El grabado original que escribió el monarca se conserva en el Museo del Louvre, en Francia.
Ojo por ojo, diente por diente según la Biblia
En el libro de Mateo 5.38 dice: “Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente. Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, al que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra…y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos. Al que te pida, dale…”
Y unos versículos más adelante también dice: “…Oísteis que fue dicho: amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen…porque si amáis a los que os aman, ¿ qué recompensa tendréis?…”
Si bien hay muchas posiciones doctrinarias sobre estos pasajes, es claro que Jesús llegó para transformar la sociedad. Su posición nunca se relacionó con las costumbres del Estado, ni con sus leyes. Sino que, por el contrario, se refirió a la disposición del corazón, y no a la esfera pública. En ese sentido, las cárceles son para enmienda del reo, y no para castigo.
Jesús propuso la superación de la violencia a través del mensaje de no ofender a quien nos ofende. Porque en la ofensa está el nacimiento de la violencia.
Jesucristo revolucionó la forma de pensamiento de su contexto sociohistórico. Su Reino no era político sino espiritual. Sus principios fueron resistidos entre los romanos. Sus enseñanzas postulaban frenar la violencia imperante por medio del amor, y ayudar a los pobres a través del dar.
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"Ojo por ojo diente por diente". En: Que Significado. Disponible en: https://quesignificado.com/ojo-por-ojo-diente-por-diente/ Consultado: 26 de abril de 2024.
