Nostalgia es un anhelo por volver al pasado del que absolutamente todas las personas estamos exiliadas, y como en todo exilio, algunas veces añoramos regresar. Palabra compuesta por dos vocablos griegos: nostos (regreso) y algos (dolor) significa etimológicamente anhelo o recuerdo doloroso por una situación pasada.
La nostalgia como concepto, surgió para describir la añoranza que sentían los soldados por el hogar que dejaron para ir a la guerra. Está asociada al recuerdo de algo que se tuvo o se vivió y que ahora está extinto, no se tiene o ha cambiado.
Pero en la actualidad, nostalgia va mucho más allá de la mera sentimentalidad actuando como un depósito de emociones positivas almacenado en la memoria, al que se puede acceder conscientemente y recurrir para dotar de sentido a la vida.
Una fotografía, el recuerdo del primer beso, un viejo objeto guardado pueden desencadenar esa dulce melancolía por lo que ya no está. Una imagen, una melodía y hasta un aroma determinado pueden evocar un sentido de lugar y tiempo muy especiales.
La nostalgia mezcla una especie de sufrimiento nostálgico que desborda el alma por una situación o etapa pasada que se sublimiza o idealiza, una sensación de estar incompleto sin eso que nos falta.
También puede sentirse como el anhelo por estar en otro tiempo y espacio, un sentimiento difuso de pérdida, una persistente necesidad insatisfecha sin saber bien de qué se trata ni cómo regresar a un estado del que se han perdido los recuerdos claros.
Se combina en el hombre nostálgico el sentimiento de pena por la inasequibilidad del objeto, con un deseo de retorno o de encanto por la ausencia del objeto perdido trasponiendo la distancia que separa el ayer del hoy.
La nostalgia no es signo de debilidad ni de indulgencia. La investigación psicoanalítica demostró que la nostalgia es un recurso para brindar significado a la vida, lo que se constituye vital para la salud mental, ya que los sentimientos profundos sobre el pasado ayudan a afrontar con más fortaleza el futuro.
