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La virtud suele ser entendida como una cualidad moral, por la que las personas tenemos disposición a hacer el bien y obrar en forma correcta.

De gran importancia para la ética, la virtud es un rasgo del carácter que se manifiesta en el accionar habitual y cotidiano.

La idea de virtud está asociada a los valores morales como la prudencia, la solidaridad, la justicia o el coraje. Por eso es común decir que una persona es virtuosa cuando posee dichas cualidades.

Bombero frente al fuego y los escombros dando cuenta de su virtud como persona

El servicio del bombero que expone su vida por otros ante una catástrofe es un ejemplo de virtud.

Etimología del término virtud

Del latín virtutis cuya raíz vir significa varón, el término en la antigüedad estaba asociado al valor del hombre como guerrero. La sociedad tradicional romana consideró a la valentía y la fuerza física como una cualidad masculina por excelencia, distintiva del varón.

En el mundo grecorromano, la mujer tenía un rol secundario por lo que sus cualidades como ser humano estaban en segundo plano.

Sin embargo, el recorrido de esta voz a lo largo de los años cambió el sentido del vocablo. El plural virtutes se asoció a todo tipo de cualidades morales o virtudes en general, tanto del hombre como de la mujer.

Esto fue así por la relación que establecían los romanos entre la palabra vir (varón) y vires (fuerzas). De la relación de virtutes con vires surgió el posterior significado de “fuerzas interiores o cualidades de un sujeto”.

Para la filosofía aristotélica

Los griegos describían una conducta virtuosa con el término areté. Quien poseía la areté tenía un comportamiento ético de excelencia.

Para Aristóteles, la ética era un saber práctico necesario para la convivencia en armonía de la sociedad. El planteo teleológico del filósofo griego, formuló como fin último de todo ser humano la búsqueda de la felicidad. Por ende, para lograr dicho objetivo era necesario cultivar una conducta de excelencia (areté).

El postulado ético aristotélico proponía un fin concreto para alcanzar una conducta moral excelente: el término medio. Por ejemplo en la valentía, habría un punto de equilibrio (o término medio) entre:

  • El exceso de coraje
  • La actitud cobarde

Entre las dos posiciones, la virtud se ubica en el punto medio llamado mesotés. Entonces la prudencia es una virtud por excelencia.

Cabe señalar que Aristóteles concebía la virtud como un hábito que se puede lograr con el aprendizaje, es decir que no aparece por naturaleza. Más bien podía lograrse por repetición o por la práctica, lo que genera en nosotros una disposición permanente.

Es decir que cuando un sujeto tiene buenos hábitos los llamamos virtudes, que son la perfección de su alma. En conclusión, virtud es una excelencia añadida a algo como perfección.

Para los cristianos

En la tradición cristiana, la virtud es una cualidad del ser humano que nos motiva a actuar correctamente. Se refiere a la capacidad para definir lo que está bien y lo que está mal, y actuar en consecuencia.

Las virtudes se convierten en un camino a seguir, una plataforma ética que se basa en cumplir los principios de la Biblia y desarrollar una comunión espiritual con el Creador.

Sinónimo de virtud

capacidad, potencia

Antónimos de virtud

vicio

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