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Snob es la versión inglesa del término esnobismo en castellano, planteando la disyuntiva desde el momento mismo de nombrar el término.

Es que la elección al nombrar el esnobismo, depende de elegir la versión inglesa o la de la Real Academia Española de Letras, que rige en nuestra lengua.

Y la decisión de ir en una u otra dirección tiene que ver, en parte, con la esencia del ser snob, la que tiene una mirada competitiva del mundo, donde los superiores son magníficos y los inferiores dignos de desprecio.

Es snob quien quiere parecerse a una élite a la que no pertenece, adoptando sus hábitos.

El término tiene origen en la contracción sine nobilitate, que significa “sin nobleza”.

Sintetiza el estilo de aquellas personas que, sin formar parte de la élite, optan igualmente por asistir a lugares y realizar actividades típicas de las personas adineradas o con gran influencia social.

Sus pensamientos, deseos, actitudes y anhelos los llevan a actuar de un modo que en nada se corresponde con su pertenencia social.

El típico snob quiere ser parte de un círculo en el que sólo cuentan las apariencias. Son los que siguen y le dan importancia a la moda, a la indumentaria, a los viajes, a los intereses excéntricos. Sólo compran los últimos lanzamientos en tecnología, los últimos modelos de automóviles, los más costosos celulares, y juzgan en base a sus posesiones a quienes no poseen la indumentaria o los accesorios propios del círculo.

Las actividades culturales y lugares que frecuenta la persona snob son distinguidas, al igual que las comidas y bebidas.

Cenas de sushi en los más caros restaurantes, la utilización de los palillos chinos para comer, indumentarias exóticas y la compra de los productos más inusuales e inaccesibles para la gran masa de la sociedad.

El snob rechaza a quienes no tienen dinero, propiedades ni prestigio, y más aún a quienes son diferentes por alguna razón, a quienes consideran inferiores.

La finalidad de ser aceptados por la élite a la que no pertenecen, los lleva a pagar altos precios. Rechazan a otros pero pueden caer infinitamente bajo para ser aceptados.

Su único interés es el estatus social superior, a cuyos integrantes adularán lo suficiente para lograr su aceptación y despertar su interés.

La inseguridad emocional del esnobismo se traduce en una necesidad o deseo imperioso de ser escuchados y aceptados, por eso adoptan expresiones ajenas de algún otro que consideran de gran prestigio y aceptación. Sus conversaciones imitan gestos, formas de hablar, acentos y opiniones que ya han escuchado en personas de la clase alta a quienes idolatran.

Requieren de más dinero del que poseen para costear un estilo de vida glamoroso y superficial en el que cuentan con más contactos virtuales que amigos reales.

La persona snob suele estar carente de una amistad sincera ya que sólo se rodea de los que considera superiores, a quienes admira.

Yates, vuelos privados, helicópteros, motocicletas y transportes sofisticados y costosos, pero nunca utilizarán transporte público.

El tipo de deportes no populares, los lugares donde estudian los hijos, las empresas en las que trabajan, los apellidos prestigiosos, el uso de vocablos extranjerizantes, todo implica una oportunidad de ostentación para evidenciar su poder adquisitivo y posesiones.

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