Ir al contenido

Difamación

La difamación es una ofensa al honor y dignidad de las personas, que repercute en su buen nombre como individuo.

Difamar implica causar un daño en la reputación o en el prestigio de alguien, afectando la idea que tiene la opinión pública.

La difamación consiste en la publicación escrita o verbal de una acusación falsa, que expone al odio, ridículo, rechazo o desprecio a la persona que es víctima de ella.

difamación o acusación de alguien con el dedo

Difamar es acusar con mentiras.

¿Qué es la difamación?

Se trata de un conjunto de palabras dichas en público, para desprestigiar a una entidad social, persona física o institución. Tiene una intencionalidad, que es afectar la imagen positiva, idea o concepto que la gente tiene sobre ella. Y la intención de la acusación al difundir información no verídica, es exponer a la persona acusada al odio, rechazo, o escarnio público.

¿Por qué es un delito?

Para el Derecho Penal existe el concepto de “buen nombre”, que es el que cada persona construye sobre si mismo con sus acciones a lo largo de la vida. En ese sentido, la reputación refleja la opinión que los demás tienen sobre nosotros (más allá de que esa opinión refleje o no la realidad).

Partiendo de esa base, el derecho penal tiene prevista una sanción para quien con sus dichos u opiniones ofensivas, atente contra el buen nombre (construcción social que nos describe ante los demás).

La difamación, la calumnia y la injuria son delitos que afectan la vida en sociedad, y la forma en que nos relacionamos. El bien jurídico que se daña en los tres casos es el honor, que se construye y se destruye en sociedad.

El honor es un derecho que todos tenemos por nuestra inherente condición de seres humanos. Se trata de un derecho de orden privado, es decir que el querellante (quien lleva a la justicia la ofensa) u ofendido es quien debe iniciar el proceso judicial.

En cambio, hay delitos contra la sociedad que provocan la reacción del aparato estatal (no son de instancia privada), como el tráfico de drogas, el lavado de dinero, entre otros crímenes.

Difamación, calumnias e injurias

Los tres conceptos son delitos previstos por el Código Penal, sometidos a sanciones como multas y penas de reclusión.

La calumnia es una imputación falsa de una persona inocente. Su fin es acusar a un ciudadano de un delito que no cometió. Por ejemplo una mujer que acusa falsamente de violencia a su pareja.

En cambio la difamación es la difusión de información falsa, que afecta la reputación de una persona (honor objetivo). Su fin es dañar la imagen del otro, como cuando se acusa de robo a un vecino.

Mientras que las injurias son expresiones públicas que vinculan a alguien con hechos que dañan su dignidad, sean o no ciertos (usar la expresión prostituta, que tiene una connotación negativa socialmente). Se trata de un juicio de valor ofensivo, para causar un daño u ofensa al acusado. Es decir que genera lesiones objetivas que menoscaban el honor de la persona injuriada. Quien las emite, lo hace con intención de dañar (en latín animus injuriandi).

Etiquetas:

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *