Ir al contenido

Decir que alguien es curioso es hablar de un instinto natural del reino animal, que es la curiosidad. Es un calificativo que nos cabe tanto a las personas como a los animales.

La curiosidad nos lleva a investigar, a preguntar, a inquirir, a explorar. Ser curioso es muy importante para el aprendizaje.

Ser curioso es un natural e instintivo tanto en las personas como en los animales.

La curiosidad es fuente de motivación y de interés por conocer algo más de lo que se conoce. Se trata de una expectativa especial para averiguar sobre alguna cuestión.

Desde una perspectiva positiva, ser curioso es una cualidad interesante porque permite el desarrollo del aprendizaje.

En lo laboral, la curiosidad es una condición valorada por las empresas, ya que una persona que muestra interés por saber y descubrir sobre su lugar de trabajo aprende más rápido.

El preguntar e involucrarse, también posibilita el fortalecimiento de las relaciones interpersonales y la empatía, lo que es muy relevante para el trabajo en equipo.

Según la psicología del comportamiento, son innumerables los mecanismos de la conducta que tienen como efecto impulsar a los individuos (aún a los animales) a buscar información en su entorno y a interactuar con su medio ambiente.

Los animales tienen un instinto natural de supervivencia que es potenciado por su curiosidad. En muchas especies animales se puede encontrar en sus genomas la ventaja que les brinda esa condición.

A diferencia de la curiosidad de los animales, el ser humano cuenta con un elemento más que lo distingue, y es la capacidad de pensamiento abstracto.

El ser humano tiene la posibilidad de utilizar la imaginación, la fantasía y la razón para la mimesis o imitación de la naturaleza a través del arte, como así también la capacidad de dirigir su curiosidad hacia la innovación, la investigación y el pensamiento científico.

Desde la primera infancia ser curioso es una característica del ser humano. El bebé comienza a relacionarse con su medio manipulando todo lo que lo rodea.

El niño tiene una curiosidad natural por experimentar y conocer todas las cosas que están a su alcance, aún sin advertir el peligro.

Sin embargo, a medida que transcurren los años dicha curiosidad se va perdiendo paulatinamente, y más aún en la vida adulta.

Ser curioso es una inclinación saludable siempre que nos dirija hacia el descubrimiento de nuevos caminos, a la innovación y a estar motivados para todo tipo de cambios.

La curiosidad nos hace más fuertes antes los obstáculos, ya que el objetivo de llegar a la meta nos induce a no rendirnos ante la adversidad.

Más allá de su significación positiva, hay un tipo de curiosidad negativa que es la de las personas que se inmiscuyen en la vida ajena.

Es una tendencia inadecuada que atraviesa el límite del respeto por la vida privada de los demás.

Etiquetas:

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *