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Antónimo

El antónimo de una palabra, es otro término que tiene un significado opuesto. A diferencia de los sinónimos que tienen significados parecidos.

Un antónimo o palabra antónima significa lo contrario a la palabra de referencia. Por ejemplo el antónimo de alegría es tristeza (lo opuesto).

Igual que lo ocurre con los sinónimos, los antónimos deben pertenecer a la misma categoría gramatical. Ellas son: sustantivo, adjetivo, pronombre, verbo, adverbio, preposición, conjunción e interjección. Por lo tanto, las palabras de una frase se ordenan en torno a una misma categoría gramatical (la casa blanca del barrio es grande-las casas blancas del barrio son grandes).

¿Qué es un antónimo?

Los antónimos son palabras o expresiones cuyos significados son opuestos, inversos o contrarios entre sí, y pertenecen a la misma categoría gramatical.

Algunos ejemplos

  • amor-odio
  • feo-bonito
  • feliz-triste
  • grande-pequeño
  • activo-inactivo
  • rico-pobre
  • abierto-cerrado
  • fácil-difícil
  • verdad-mentira
  • luminoso-oscuro
  • día-noche
  • valiente-cobarde
  • duro-blando
  • largo-corto
  • frío-caliente
  • amigo-enemigo
  • justicia-injusticia

Tipos de antónimos

Existen tres tipos de antónimos, es decir que pueden clasificarse en tres categorías:

  1. Graduales: si bien significan lo contrario, existe un grado de contrariedad es decir que las palabras se oponen de manera gradual ya que existen términos con significados medios. Por ejemplo entre la luz y la oscuridad existe la penumbra, como entre el blanco y el negro hay varios tonos de grises.
  2. Complementarios: son los excluyentes o incompatibles entre ellos, es decir que necesitan de la afirmación del otro término (día-noche, sucio-limpio, vivo-muerto, enfermo-sano, rural-urbano, hombre-mujer)
  3. Recíprocos: se llaman así a aquellos que permiten el cambio de roles opuestos, pero pueden convivir en forma equitativa. Dicho de otro modo, los antónimos recíprocos necesitan uno del otro. Por ejemplo: padre-hijo, maestro-alumno, locatario-locador, comprador-vendedor.

También existen los antónimos morfológicos, que son aquellos a los que si se les agrega un prefijo a su raíz, significan oposición. Por ejemplo: legal-ilegal, cierto-incierto, puro-impuro, decir-contradecir, depresivo-antidepresivo, visible-invisible, normal-anormal.

Pero otros antónimos no mantienen el mismo orden morfológico sino que cambian totalmente la estructura. Son los llamados lexicales: vigente-caduco, opulencia-carencia, anterior-posterior, satánico-angelical, mostrar-ocultar.

El aprendizaje escolar de sinónimos y antónimos, permite incorporar en los niños mayor riqueza del léxico. Del mismo modo la lectura es una herramienta útil para aumentar el vocabulario, y reflejarlo a la hora de comunicarse.

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