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Stalkear

Del verbo inglés “to stalk” que significa espiar, acosar o perseguir en la lengua española, la palabra stalkear tiene utilización y auge en las redes sociales, aludiendo al comportamiento de vigilar o espiar a alguien por internet. Llamados también “fantasmas”, los stalkers son observadores silenciosos que stalkean con distintos propósitos, no sólo por hobby o por curiosidad sino con fines a veces non sanctos.

Stalkear es una práctica muy común en Twitter, Facebook, Instagram entre otras redes sociales que nos brinda la tecnología informática. Observar las publicaciones, perfil y fotos de un usuario se ha convertido en una actividad muy usual en la actualidad no sólo entre amigos y conocidos sino también para seguir los movimientos y opiniones de celebridades.

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El stalker habitual que chequea las publicaciones de la ex novia a través de la cuenta de un amigo, o que aprieta F5 para conocer las actualizaciones de alguien que le gusta en twitter para conocer sus movimientos, no resulta peligroso.

Pero otros stalkers dejan de ser curiosos para asumir una conducta que va más allá de la curiosidad para configurar un delito. Son los que generan perfiles falsos no sólo para obtener información sino para desacreditar, robar la identidad o incluso secuestrar a la víctima.

En algunos casos el acoso es intimidante, ya sea cara a cara o en forma indirecta a través de regalos, mensajes electrónicos o correspondencia revistiendo un carácter obsesivo que puede tener consecuencias fatales.

Es conveniente evitar algunas imprudencias que se suelen cometer en las redes sociales por las que se brinda información atractiva a los stalkers sin intención, ya sea facilitando nuestra ubicación a través de publicaciones automáticas de fotos de un viaje, o publicando datos específicos como teléfono, domicilio, tarjetas de crédito.

Y tener en cuenta que por más mecanismos y precauciones que se utilicen para proteger la privacidad, en la web debemos pensar bien lo que subiremos ya que toda barrera puede ser superada.

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