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Árbol de navidad

El árbol de navidad es una tradición familiar, que consiste en decorar un pino, que puede ser natural (conífera perenne) o artificial (de material plástico o sintético que se expende en los comercios) con bolas de colores, luces, guirnaldas, estrellas y otras múltiples decoraciones y adornos los días 8 de diciembre para esperar la nochebuena. Es una tradición que tiene un perfil comercial largamente esperado por comerciantes en todo el mundo, que despliegan diversidad de artículos para regalar, para organizar festejos gastronómicos y obsequiar diferentes presentes a familiares y amigos.

En sus orígenes, esta costumbre de armar el árbol de navidad estaba ligada a las religiones, a la bonanza y a la esperanza, lejos aún del actual vértigo comercial.

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En la antigüedad, el pueblo germano creía que los astros, incluida la tierra, pendían del gigantesco árbol del universo que tenía su copa en el cielo, y sus raíces en el infierno. En la celebración del solsticio de invierno, que en el hemisferio norte ocurre en la fecha navideña, bailaban alrededor de un roble decorado con antorchas en honor al dios odín.

Posteriormente, en tiempos de las evangelizaciones cristianas, se reemplazó el roble por un pino, especie perenne que simbolizaba la vida eterna y el amor eterno de Dios. La forma triangular de esta conífera era un símbolo de la Santísima Trinidad. Se decoró con manzanas, representantes del pecado y las tentaciones, y con velas que representaban la luz y gracia divinas.

Esta costumbre cristiana se expandió por el viejo mundo durante la edad media, y llegó a América luego de la conquista.

Alemania fue el primer país, en el siglo XVII, que exhibió un árbol de navidad tal como lo conocemos actualmente, y de allí se expandió al mundo para ambientar la festividad.

Con los años, se reemplazaron las manzanas y velas originarias por las tradicionales y populares esferas con luces de colores, para adornar las reuniones familiares que son un clásico infaltable en navidad.

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