Etimológicamente existencialismo proviene del vocablo latino ex-sistere, existentia que significa “lo que es”, “lo que está ahi”. Y de ex-sistit ” lo que está afuera”, por lo que se equipara existencia con realidad exterior, lo que está fuera, “ex” de la cosa que es.
El existencialismo considera al hombre en su relación con el mundo, en oposición a la concepción del hombre como alma pura, yo puro o espíritu puro. A diferencia de otras corrientes filosóficas, el existencialismo presta atención al hombre no desde su esencia sino desde su existencia misma, por la que el hombre se destaca gracias a sus cualidades únicas, en especial la libertad para hacer de él mismo lo que desee.
El existencialismo se contrapone al esencialismo defendiendo la existencia del hombre por encima de la esencia, considerando que el hombre es un ser inacabado destinado a realizarse a pesar de las contradicciones y adversidades de su propia vida, lo que le genera angustia e incertidumbre frente a lo inexplicable y absurdo de su propia existencia.
El existencialismo es un movimiento que surgió en Alemania y se difundió por toda Europa a fines del Siglo XX, como reacción ante la crisis de conciencia cultural y social del período de posguerra. Los existencialistas postulan la idea del hombre como un ser arrojado al mundo inhóspito, idea que refleja el sentir europeo luego de ver sus hogares destruidos igual que sus valores, sus creencias y sus ideales.
Fueron precursores del existencialismo Jean Paul Sartre, Soren Kierkegaard, Friedrich Nietzsche, Martin Heidegger, Albert Camus, Simone de Beuvoir, entre otros.
