La equidad de género implica la capacidad de tratar de forma equitativa y justa a hombres y mujeres según las necesidades de cada uno, haciendo que las oportunidades, los derechos y las obligaciones no dependan del hecho de ser hombre o mujer.
Equidad habla de justicia. Por género entendemos la condición que permite agrupar por sus características similares a seres distintos, lo que implica que equidad de género puede resumirse como igualdad de oportunidades para hombres y mujeres.
El género es definido como el conjunto de ideas y creencias sociales que se construyen en un lugar y momento determinado, que tiene como base la diferencia sexual, y a partir de la cual se construyen los conceptos de femineidad y masculinidad, determinando el comportamiento, valoración y oportunidades para hombres y mujeres.
La inequidad o discriminación de género impide brindar a hombres y mujeres las mismas condiciones, oportunidades y maneras de trato, sin garantizar los derechos de cada uno. En la actualidad, la discriminación de género es observable en la violencia contra la mujer, en el ámbito laboral, en la falta de acceso a cargos públicos, la propiedad privada, la educación, etc.
La palabra sexo hace referencia a una diferenciación biológica entre el hombre y la mujer, que no cambia con el tiempo.
Género en cambio, es una construcción cultural que varía de acuerdo a la evolución de las sociedades, que tienen distintas creencias según el tiempo histórico, de lo que es femenino o masculino.
La diversidad sexual se refiere a la coexistencia en las sociedades de seres homosexuales, bisexuales, heterosexuales y asexuales, siendo la identidad sexual aquella con la que el sujeto se identifica, la convicción íntima de lo que cree que es.
