Las costumbres son hábitos que se adquieren por la práctica tradicional y frecuente de ciertas actividades. Se trata de un componente cultural, un comportamiento asumido en forma individual por los integrantes de una comunidad en su conjunto, que se transmite de generación en generación y permite distinguir a las distintas comunidades de la sociedad.
Las costumbres son conductas reiteradas en el transcurso del tiempo por un grupo social, cuyas características la comunidad hace suyas conformando la tradición del lugar.
Las situaciones repetitivas que constituyen la costumbre, son hábitos que pueden estar extendidos en la sociedad y tener fuerza cultural de gran convocatoria, como las fiestas patronales de los pueblos donde se conmemoran fechas patrias, el nacimiento de algún héroe del lugar, o la fundación de la ciudad.
Sin embargo, también pueden formar parte de las costumbres, ciertas expresiones del lenguaje acuñadas por determinados sectores sociales, como así también los bailes típicos, las decoraciones navideñas, las mateadas en la vereda, y hasta ciertos platos de la gastronomía popular.
Las costumbres guardan relación con la identidad de los pueblos, que conservan las tradiciones y las mantienen vivas como símbolos de preservación de su cultura.
También pueden referirse al comportamiento individual que el individuo repite con recurrencia a lo largo de los años y que no tiene un impacto social, que está asociado a la personalidad del sujeto y a su formación familiar.
El hábito de beber té de tilo antes de acostarse, de andar en bicicleta, de hacer ejercicios de respiración al despertarse, de leer antes de dormir, de almorzar con la familia los domingos al mediodía, son costumbres que forman parte del quehacer consuetudinario de cada ser en particular.
Algunas malas costumbres pueden reflejarse como vicios destructivos para las personas, como el juego compulsivo, el uso inadecuado del alcohol y los estupefacientes.
