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Iniquidad

La iniquidad, palabra que proviene del latín iniquitatis, se traduce como “cualidad de injusto o de inicuo”. Es decir que iniquidad es un modo de obrar de las personas inicuas, una forma de conducta.

Inicuo es un concepto que, por su etimología (del latín iniquus formado por in “negación” y aequus “igual”) se utiliza para calificar aquello que no es equitativo, que no es justo, y en relación a lo moral cualifica al comportamiento que no es equilibrado en relación a la justicia.

La iniquidad caracteriza al ser humano en relación a su maldad.

La iniquidad, que caracteriza a las personas inicuas, tiene una connotación malévola, ya que sus actos están teñidos de maldad. En el campo político es frecuente calificar la iniquidad de ciertas acciones.

Por ejemplo, hay iniquidad en la designación de ciertos funcionarios públicos, cuando ejercen en el campo privado la misma actividad que la que tendrán que defender para el Estado en el desempeño de la función pública.

Cuando un gobierno propicia este tipo de situaciones, decimos que hay conflicto de intereses en perjuicio del pueblo y se está procediendo con iniquidad.

La designación intencional de dicho funcionario tiene como objetivo el beneficio directo de su patrimonio particular, lo que permite afirmar que está actuando con iniquidad en relación a los intereses del pueblo de una nación.

La iniquidad también puede verse en la gran masa de jubilados que reciben un trato desigual, en relación a la larga trayectoria de años trabajados.

La iniquidad del sistema de jubilaciones convierte en inmoral el haber jubilatorio cuando el monto percibido no permite al adulto mayor la cobertura de sus necesidades básicas.

La iniquidad implica desigualdad y falta de equilibrio en las decisiones, un proceder que es motivado por la maldad inherente al ser humano por su propia condición de tal.

La iniquidad existe desde un principio; según la Biblia es impiedad, y reviste más gravedad que el pecado. La iniquidad es una ofensa a Dios, afirmación que está basada en el desconocimiento y el rechazo de las leyes del Señor.

Cuando tenemos a Dios en nuestros corazones no hay lugar para la falta de piedad porque amamos al otro, nuestro prójimo, aún sin conocerlo.

El Señor nos mandó en Marcos 1.29-31: “El mandamiento más importante es: “El Señor nuestro Dios es el único Señor. Ama al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas”.

“Y el segundo mandamiento es igualmente importante: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. Ningún otro mandamiento es más importante que éstos”.

En la versión de la Biblia en griego antiguo, el término iniquidad fue traducido como “anomía”, cuyo significado es desprecio por las leyes”, por lo que iniquidad significa falta de respeto, desobediencia y rechazo a la ley de Dios.

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