Para hablar del significado de injusticia, que implica la ausencia de justicia, es necesario definir en primer lugar a la justicia. Del latín iustitia, la palabra justicia originalmente designó la concordancia entre un acto y el derecho positivo. Es decir que antiguamente se hablaba de justicia cuando se actuaba conforme a derecho, y de injusticia cuando no se respetaba la ley.
Adecuarse a la ley era justicia para los romanos, e implicaba un reconocimiento de lo que se estimaba bueno y justo. Por lo que la justicia no era un valor ideal, abstracto, sino una práctica concreta.
La justicia implica que cada ciudadano tenga los mismos derechos que el otro.
Si la justicia es entendida como una de las virtudes humanas, o el arte de “dar a cada uno lo suyo” en el sentido de reconocimiento de los derechos que corresponden a cada persona, la injusticia debería ser entendida como contraria a la ética.
La injusticia, según los principios del derecho, no tiene rectitud y actúa con preferencia o discriminación dependiendo de factores como la clase social, la raza, la profesión, dando a la persona “lo que le toque” en lugar de “dar a cada uno lo que le corresponde”, según reza la conocida definición de justicia de Ulpiano.
Si la justicia implica equidad e igualdad de oportunidades, la injusticia implica desequilibrio y desigualdad. La Asamblea General de las Naciones Unidas, en el año 2007 proclamó al día 20 de febrero de cada año como Día Mundial de la Justicia Social.
Para fundamentar dicha decisión, han sostenido las Naciones Unidas que “la justicia social es un principio fundamental para la convivencia pacífica y próspera” y que constituye “el núcleo de nuestra misión global para promover el desarrollo y dignidad humana”.
La injusticia social atenta contra la paz, ya que acarrea problemas que favorecen el uso de la violencia para tratar de combatir situaciones que son socialmente injustas, como el desempleo, la falta de viviendas, la desnutrición infantil, la falta de un sistema de seguridad social que prevea el devenir de la vejez, la invalidez y la enfermedad.
La falta de preocupación del Estado por el bien común, la desigual distribución de los bienes que son de todos, y las carencias alimentarias de los más desprotegidos, entre otras características relevantes, dan cuenta de la injusticia social en una comunidad.
La injusticia puede llevarse a cabo no sólo por acción sino también por omisión cuando en lugar de hablar callamos, cuando a la hora de tomar la decisión de hacer una defensa de algo injusto elegimos permanecer neutrales y guardar silencio. Muchas veces la omisión da lugar a la impunidad, y eso también es injusticia.
