Identidad es aquello que permite a la persona sentirse la misma en distintos lugares del espacio y momentos del tiempo, y posibilita a los demás reconocerla como idéntica. La identidad personal es entendida como un principio constitutivo, algo que la persona es en forma permanente, en todo momento tanto presente como pasado. El concepto pone la atención en la persona.
La identidad permite que la persona se reconozca a sí misma, y en ese reconocimiento interviene la memoria. A pesar de que vivimos en continua transformación en una cotidianidad dinámica, lo único que se mantiene inalterable es la convicción de que en todo momento somos la misma persona.
La noción de identidad se adquiere en la niñez cuando el niño aprende a diferenciar su yo del entorno. Entonces comienza a comprender quién es.
Observamos nuestro alrededor desde los sentidos de nuestro cuerpo, pero codificamos e interpretamos la realidad en nuestro interior. Tenemos un diálogo íntimo e interno con nuestro yo, que forma parte de nuestra identidad personal.
También forma parte de nuestra identidad personal nuestra pertenencia a un grupo social y a una familia.
Hay factores externos que determinan nuestra propia percepción de nosotros mismos como la lengua, la nacionalidad, las tradiciones, nuestro oficio u ocupación, nuestro nombre, las huellas digitales, nuestra fecha de nacimiento, los rasgos de nuestro cuerpo, todo dato informativo relacionado con nosotros mismos influye en la formación de nuestra autoconciencia e identidad personal.
