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Higiene mental

La salud e higiene mental implican acciones que se reflejan en la conducta diaria a través de hábitos positivos. La higiene mental del sujeto se vincula a la capacidad de adaptación a toda circunstancia de la vida cotidiana. Enfrentar las dificultades, controlar la ansiedad, las tensiones y el temor, tomar decisiones independientemente de las relaciones interpersonales, para alcanzar y sostener una posición en el entorno socioeconómico.

La higiene mental integra una serie de medidas que permiten la preservación de la salud psíquica, como son el autocontrol emocional, el equilibrio psíquico y el  buen comportamiento interior.

Así como cuidamos la salud física debemos cuidar nuestra salud mental, tomando conciencia de aquellos pequeños desórdenes que nos inquietan y pueden llegar a ser corrosivos si no los atendemos adecuadamente.

El bienestar emocional debe ser tenido en cuenta a la hora de hablar de calidad de vida, ya que no alcanza un hogar confortable, una remuneración cuantiosa, una vida cómoda si no se sabe disfrutar del dinero y la angustia llena el espíritu de los dueños de casa.

El nivel de vida de una sociedad debe medirse no sólo por su bienestar material sino por su nivel de paz interior, de equilibrio, de felicidad.

Las acciones de gobierno deberían incluir en sus planes de desarrollo, el dotarnos de las herramientas interiores que hagan más plena nuestra estancia en la vida terrenal.

Hay muchos hábitos saludables para mantener la mente sana, que nos permiten prevenir trastornos que tienen raiz en nuestros miedos y ansiedades:

  • Autoestima: mejorar nuestra autoimagen y valorar la propia capacidad, aptitudes y habilidades reconociendo lo bueno que tiene la persona que somos.
  • Pensamiento positivo: cambiar nuestra actitud ante la parte de la realidad que no podemos cambiar, con un optimismo realista.
  • Resolución de conflictos: enfocarse sólo en aquello que depende de nuestra actitud
  • Ejercicio físico: posibilita la generación de endorfinas, hormonas de la felicidad (“cuerpo sano, mente sana”)
  • Relaciones socialesvaloración positiva de los demás mejora las relaciones interpersonales.
  • Necesidades básicas satisfechas: no reprimir el dormir, comer, tener relaciones sexuales, descansar.
  • Disfrutar enfatizando los aspectos positivos de la vida para evitar el desgaste que provocan los pensamientos destructivos.

El pesimismo, la autocompasión, la actitud derrotista son pensamientos anti higiénicos. Merece la pena iniciar un proceso de incorporación de hábitos de higiene mental por nuestro bienestar, el de nuestra familia y personas que nos acompañan.

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