Ídem es un término derivado del latín que significa “lo mismo” o “el mismo” o “la misma”. Y se usa para evitar la repetición de alguna palabra ya utilizada.
Puede utilizarse como pronombre cuando se emplea para aludir a un sujeto, sin necesidad de mencionarlo. Por ejemplo: Juan come una manzana, Pedro y María ídem.
Pero también el término funciona como adverbio cuando modifica al verbo. De este modo es una palabra invariable que indica lugar, tiempo, cantidad, duda, negación, entre otros.
Arándanos maduros, bayas y fresas ídem
¿Qué tipo de palabra es ídem?
Se trata de una expresión latina que significa que algo puede ser igual o idéntico a otro objeto homogéneo, que fue nombrado anteriormente. O sea que el término reemplaza a otros similares para evitar la redundancia. Tiene una abreviatura fácilmente reconocible que es “id”.
Ídem es un pronombre fórico-enfático, también llamado pronombre de identidad. Sus funciones son dos: la fórica (señalar algo que ya fue nombrado en el texto), y la enfática (subrayar o recalcar algo nombrado). El significado literal de ídem es “la misma”, “lo mismo”, “el mismo”.
Está formado sobre:
- is, que es un pronombre fórico
- y dem, que es la partícula enfática que sirve para hacer énfasis en la identidad con lo ya nombrado
¿Cuándo usar la palabra ídem?
Es muy común observar el uso en monografías, tesis o ensayos, es decir en escritos de tipo académico. Otro contexto en el que suele utilizarse es en las referencias o citas bibliográficas. En especial para mencionar fuentes que ya habían sido nombradas en una ocasión anterior.
Cuando esto ocurre, se recurre al pie de página del texto, donde se menciona la cita a la que se volvió a hacer referencia. Si una obra tiene el mismo autor se coloca el ídem para evitar, al igual que en los otros casos, caer en la redundancia.
Cabe destacar que solo puede usarse el ídem cuando lo que se va a expresar es exactamente igual a lo dicho anteriormente. También pueden utilizarse las dos comillas, que son el símbolo del ídem (“), y su uso es más común.
¿Qué utilidad tiene?
Primordialmente proporciona economía del lenguaje, y evita las repeticiones innecesarias. Es decir, impide las redundancias. Si bien es un cultismo que se emplea generalmente en los textos escritos, también podemos escucharlo en el lenguaje verbal. En una conversación informal, la palabra apunta una coincidencia plena con otra persona. Por ejemplo en un diálogo en el que A tiene frío, B puede contestar ídem.
