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Triple A

La AAA (Alianza Anticomunista Argentina), más conocida como Triple A, fue un grupo terrorista paramilitar del peronismo de extrema derecha de la Argentina, con responsabilidad en la muerte y desaparición de personas en su mayoría artistas, estudiantes, intelectuales, sindicalistas, historiadores, políticos de izquierda. El método de la Triple A eran las amenazas, torturas, ejecuciones y desapariciones forzadas, acciones juzgadas como delitos de lesa humanidad.

La Triple A, cuyo propósito fue impulsar el terrorismo de Estado, fue organizada y corrdinada por José Lopez Rega, apodado “el Brujo” por su afición por el espiritismo. Su líder estaba a cargo del Ministerio de Bienestar Social, y supo conquistar la confianza de Isabelita y de Perón durante su exilio en España: fue tanto su mayordomo como su secretario personal.

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Lopez Rega era apenas cabo retirado de la policía, pero desde el ministerio en 1973 organizó la Triple A junto con el comisario general de la Policía Federal, financiando con fondos públicos el armamento del grupo parapolicial.

Convocó para colaborar como especialistas a agentes de la Policía Federal que habían sido expulsados por “gangsterismo” y que fueron reincorporados.

Mientras Perón vivió los atentados, amenazas y asesinatos no fueron reivindicados bajo ningún nombre. La denominación Triple A es empleada a partir de 1974 con el crimen del diputado Rodolfo Ortega Peña, de Tendencia. Sin embargo los ataques de la Triple A habían comenzado en 1973 con la bomba destinada al senador radical Hipólito Solari Irigoyen (fundador del posterior Movimiento de Renovación y Cambio que lideró la democracia de 1983 con Raúl Alfonsín), y continuaron entre otros, con el asesinato del popular sacerdote tercermundista Carlos Mugica en 1974, identificado su pastorado por el trabajo con los pobres.

Luego se incrementó la violencia y fueron fusilados refugiados políticos latinoamericanos, guerrilleros del ERP (Ejército Revolucionario Popular), dirigentes y militantes de la Juventud Peronista y Montoneros, en suma muchas pérdidas humanas que en la ciudad de Córdoba fueron perpetradas por el general Luciano Benjamín Menéndez, comandante de un grupo conocido como Libertadores de América, versión cordobesa de la Triple A.

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3 pensamientos en “Triple A”

  1. Esta parte de la historia, debería ser leída por los kabezas de termo que; ignorantes por un lado y creyentes por otro más conveniente para ellos; de que el terrorismo de estado comenzó en un día como hoy hace 45 años.
    El primer terrorismo de estado de la historia moderna Argentina, es el que usted menciona en esta nota; para el cuál fueron convocadas personas de distintas fuerzas. Sin dejar de lado algo sumamente importante: se olvidan de que Perón, fue un General.
    Saludos

  2. Hola!!! Soy José de Bialet Massé, el primer terrorismo y el comienzo de todo mal contra un estado fue el bombardeo de 1955 dde mataron a más, de 300 civiles!!!

  3. Mgtr.Maria Elena Cisneros Rueda

    Total y absolutamente fuera de la realidad lo que esta persona escribe en éste artículo que, una vez más tiende a confundir a los lectores debido a que todo se basa en suposiciones fomentando el incremento de una enorme fake news. Es bien conocido que esta nefasta organización fue creada mucho tiempo antes del mencionado. Hay que remontarse al año 1957 cuando llegan de manera oficiosa oficiales franceses que habían participado de las guerras de Indochina y Argelia, para entrenar a militares argentinos en la lucha contra la introducción del marxismo en América Latina. Todas las técnicas utilizadas por la organización fueron impartidas por estos entrenadores franceses que basaban sus formas de exterminio exactamente como lo manifestara el General Paul Aussaresse que fuera agregado de la Embajada de Francia en Brasil, sin dejar de lado los nombre de Roger Trinuqier, David Galula y Marcel Bigeard entre otros. La lucha contra el marxismo era una orden directa del gobierno americano hacia todos los gobiernos latinoamericanos y para eso los entranaban en los fuertes ubicados en Panamá a través de representantes franceses, muchos de los cuales habían luchado en la Resistencia durante la Segunda Guerra Mundial. Esta organización era solo una continuidad y respondía exactamente a los cánones enseñados por los franceses. Necesitaban un “cabeza de turco” para poder hacer sus sucios trabajos en la clandestinidad. Solamente piensen que si López Rega era un maldito, la pregunta que cabe hacerse es: porqué no lo mataron? No tenía él semejante poder, infraestructura de preparación, tiempo para dedicar o intención de hacerlo. Nunca han podido presentar un solo documento verdadero y fehaciente de que esto que dicen sea verdad. Jamás. Todo basado en dimes y diretes y estos jóvenes que ni siquiera lo conocieron se permiten decir barbaridades sin pensar en el daño colateral que causan. Ese hombre tenía familia que hasta el día de hoy paga consecuencias siendo inocentes pero horriblemente maltratados y acosados. Es tiempo de decir la verdad. Ha pasado el tiempo de mentir. Las falsedades deben ya ser aclaradas. La triple A, siguiendo el modelo de la doctrina de guerra revolucionaria francesa estaba formada por grupos de los militares, de la policía federal, de los sindicalistas, de empresarios y de la propia iglesia. Aprovechando que López Rega era policía retirado, le prepararon la trampa haciéndolo nombrar Comisario General Retirado pedido por los mismos que lo necesitaban para inculparlo y ellos mismos le pusieron a sus “hombres de confianza” que no lo cuidaban sino que lo observaban para informar de inmediato a sus superiores. También el hecho de que su pasatiempo era realizar estudios esotéricos y hubiese escrito libros sobre el tema era el gancho justo para que ciertos sectores de la iglesia lo tildaran de hereje. Curiosamente, siendo un magnífico tenor como lo fuera, nunca nadie dijo una sola palabra sobre el tema. Tampoco nadie habla de las obras realizadas desde el Ministerio de Bienestar Social en ayuda a la gente de la población que lo pedía y que recibía en el término de 10 días respuestas a dichos pedidos. Se cuidan de comentar los logros obtenidos en su Misión a Libia. Sus contactos con Corea y Rumania que permitieron la firma de protocolos muy convenientes para Argentina. Su lealtad absoluta al Líder desde Puerta de Hierro en el año 1965 cuando el mismo Perón lo llamara a trabajar junto a él. Su sincera amistad desde los años 60 con el sacerdote católico Carlos Mujica. Nadie dice tampoco que los montoneros y los del erp liquidaban a sus miembros que ya no les eran útiles y hacían pasar estos crímenes como realizados por la nefasta organización. Ese fue el caso de Mujica, Ortega Peña, Frondizi y otros personajes relevantes que habían estado en sus filas pero que decidieron salir cuando sus objetivos ya no se aunaban. Es tiempo de relatar la verdad desnuda y terminar con el divague que solo confunde al lector.

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