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Piedra del sol

La Piedra del sol fue creada en Tenochtitlán, capital del Imperio azteca, sobre cuyas ruinas se construyó la actual Ciudad de México.

Los restos arqueológicos de la civilización azteca, aparecen con frecuencia en toda construcción urbanística en tierra mexicana.

La Piedra del sol fue hallada y desenterrada en 1790, con un peso de veinticinco toneladas y un diámetro de 3,60 metros.

Piedra del sol azteca

El calendario azteca refleja el conocimiento en astronomía del antiguo imperio.

¿Qué es la Piedra del sol?

Es un inmenso bloque de piedra en forma de disco, de lava basáltica, que tiene labrado en sus casi cuatro metros de diámetro el calendario azteca.

En homenaje a la principal deidad de los mexicas precolombinos, el rey sol, el monolito reflejó el gran conocimiento azteca en astronomía.

Antes de la llegada de colonización española, la Piedra del sol o calendario azteca ocupaba un lugar privilegiado en la ciudad principal.

Con la irrupción de Hernán Cortés y los tripulantes españoles, destruyeron Tenochtitlán y enterraron el monolito con la superficie esculpida hacia abajo.

¿Cómo se descubrió?

Cuando se produjo el descubrimiento, se efectuaban trabajos de empedrado y de desagüe donde está instalado el Palacio Virreinal. Antiguamente era el recinto del Templo Mayor de Tenochtitlán, donde se remodelaron la Plaza de Armas (antes plaza mayor), hoy plaza de la Constitución.

El bloque de piedra estaba depositado en el cauce de una acequia seca, con los grabados bocabajo. Gracias a los arqueólogos recuperaron el monumento y lo exhiben hoy en un Museo Nacional.

Orígenes e historia

En el siglo XV el nieto del emperador Moctezuma II relató en Crónica Mexicatotl que su bisabuelo ordenó crear la piedra. Mandó esculpir los meses, los años, los días, las semanas, los puntos cardinales, los movimientos de los astros.

A las órdenes de un artista de nombre Técpal, cincuenta mil indios extrajeron el bloque gigantesco de una peña de la sierra grande de Gucayán. Con sogas gruesas y carretones la movieron, para tallarla luego con pedernales agudos según la indicación del artesano.

Esto ocurrió en 1479, cuatro décadas antes de que Hernán Cortés desembarcara en Vera Cruz para conquistar el Imperio Azteca.

Odiada y admirada

Desde la conquista de los españoles, la piedra del Sol fue conflictiva. La dejaron expuesta en la plaza Mayor, hasta que en 1559 el arzobispo de México mandó enterrarla para que se olvidasen los sacrificios que por ella se hacían.

Muy inquietante para los nuevos gobernantes, el arzobispo mandó arrojarla en una acequia bocabajo, sepultada entre los escombros de la ciudad.

Tras el redescubrimiento en 1790, la piedra permaneció sin custodia. El virrey decretó medidas que garanticen la conservación, como colocarla en una torre de la catedral.

Allí permaneció casi un siglo expuesta al desamparo, peligros, deshonras y vejámenes:

  • Por un lado los indígenas se reunían a su alrededor para adorarla de un modo disimulado
  • Y por otro criollos y mestizos le arrojaban piedras e inmundicias, así como los soldados destacados practicaban tiro al blanco en el rostro que tenía como centro.

Sinónimo de Piedra del sol

calendario azteca

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