Homeostasis, del griego homos: semejante, y stasis: estabilidad, es una función vital de los seres vivos para sostener estable y dinámicamente el equilibrio interno, como respuesta adaptativa para mantener la salud. Es un circuito que se retroalimenta y controla a sí mismo a partir de la constante información interna y externa recibida que activa el proceso de retroalimentación.
Los seres vivos realizan constantemente respuestas adaptativas para mantener el equilibrio, y sus mecanismos efectores son los impulsos del sistema nervioso y las hormonas por vía endócrina.
Sin embargo, el término trasciende el ámbito de la biología constituyendo una característica de todos los sistemas, sean abiertos o cerrados, para autorregular en forma dinámica el medio interno y mantener una condición estable.
Dicha estabilidad es lograda a través de diversos ajustes y mecanismos distintos de autorregulación; así la aceleración de la función cardíaca durante el ejercicio físico, asegura el suministro de oxígeno a la célula en un mecanismo homeostático que es la base de la fisiología, puesto que dicha disciplina entiende la homeostasis en el contexto de un sistema, y como en todo sistema, los procesos deben generar un equilibrio tanto en lo interno como en su interacción externa.
En psicología, la homeostasis es entendida como la búsqueda de un equilibrio involuntario entre la satisfacción de las necesidades del individuo, y la conducta que desarrolla para satisfacerlas.
En informática, la homeostasis cibernética es entendida como una capacidad de mantener las variables en equilibrio, pudiendo variar los parámetros de su estructura interior.
En administración de empresas, la homeostasis de la empresa productiva ocurre con la recepción de estímulos externos (consecuencias de su política de marketing, de hechos pasados, información, etc) en equilibrio con las reacciones de la empresa y modificación de su comportamiento en el mercado externo e interno.
