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Gratitud

La gratitud es, en primer lugar, un sustantivo abstracto. Eso significa que la palabra no hace alusión a un objeto concreto y palpable a través de los sentidos, sino que se trata de una cualidad que existe a través de una construcción mental. La gratitud no es material sino que es una noción creada por la inteligencia, y está asociada a un sujeto que tiene la capacidad de sentir agradecimiento.

El origen etimológico del término gratitud proviene del latín gratitudinis, gratitudo, que significa “gratitud” junto al sufijo tud de “cualidad”. Es decir que gratitudo es la cualidad de gratus o “agradecido, agradable“. Otras palabras proceden de la misma raíz latina como es el caso de grato, ingrato, gracia, agradecer, agradar, gratis, gratuito.

Según Lao-Tsé, “el agradecimiento es la memoria del corazón.”

Según la Real Academia Española de Letras, la gratitud es un sentimiento por el que se tiene en estima un beneficio o favor recibido, correspondiendo a él de alguna manera. Es decir que se puede interpretar a la gratitud como una actitud de agradecimiento hacia alguien, en correspondencia con algo que dicha persona ha brindado y que ha causado un sentir agradable de reconocimiento hacia el otro.

La gratitud, el agradecimiento, el ser agradecidos es mucho más que un gesto de buenas costumbres y de buena educación, sino que la gratitud es un valor que fortalece los vínculos, las relaciones familiares y las relaciones sociales en general. Se trata de apreciar cada detalle de la vida en la que estamos inmersos, por pequeño que fuera, reconociendo el milagro de estar vivos sin necesidad de que sucedan fenómenos extraordinarios para agradecerlos.

Cuando decimos la palabra gracias sabemos que hay sobre ella una carga emocional poderosa tanto para quien la pronuncia como para quien la recibe, ya que la expresión de reconocimiento nos conecta con un bienestar emocional.

El agradecimiento permite construir vínculos saludables, de amistad recíproca y de reconocimiento mutuo. Decir gracias es dirigir el foco de atención en aquello positivo que ha ocurrido, destacándolo cualquiera sea su envergadura y sin prestar atención a otros detalles o situaciones menos agradables. Agradecer es valorar y expresar ese sentimiento.

Para poder agradecer hay que ser humildes y poner al otro en primer lugar valorando la actitud que despertó nuestra gratitud. Reconocer al otro, valorarlo y agradecerle por su gesto o ayuda refuerza su autoestima y lo inspira a seguir desarrollando actitudes de generosidad que tendrán un impacto positivo en las relaciones humanas.

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