Los gastos operativos o gastos operacionales son aquellas erogaciones que permiten sostener la actividad diaria de una empresa, que no están relacionadas directamente con la producción. Los gastos operacionales son los incurridos en el diario devenir de las actividades cotidianas de una organización.
Los gastos operativos se ocasionan en el normal desarrollo de la entidad económica, de acuerdo con el objeto social que la creó, y registran en una cuenta contable los gastos en los que se incurre durante el ejercicio, en relación a la dirección de la gestión administrativa, el planeamiento de políticas de desarrollo de la actividad ejecutiva, comercial, financiera, legal.
Los gastos operacionales se dividen en gastos generales, gastos administrativos, gastos financieros, gastos hundidos y gastos de representación.
El concepto incluye comisiones de ventas, salarios, servicios de oficina, viajes, viáticos, comidas, transportes, honorarios, pago de intereses, emisión de cheques, contribuciones de pensiones, beneficios para empleados, alquileres y arrendamientos, amortizaciones, reparaciones, impuestos, seguros, provisiones y servicios.
Los gastos operativos suelen llamarse también gastos indirectos, ya que no son inversiones ni se espera de ellos un beneficio futuro, sino que están destinados a garantizar o facilitar la subsistencia y funcionamiento del negocio.
Por ejemplo la adquisición de maquinarias para la producción son una inversión que realiza la empresa con la expectativa de obtener futuras ganancias. Pero las erogaciones que se efectúan para comprar los insumos que se requieren para el mantenimiento de dicha maquinaria pertenecen al rubro de los gastos operacionales.
Un comercio que adquiere por un acto de compra una fotocopiadora realiza una inversión y no un gasto, ya que la misma le permitirá obtener utilidades en la futura venta de fotocopias a los clientes. Pero las resmas de papel que se utilizan para la actividad, al igual que los insumos integran la cuenta de los gastos operacionales.
