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La verdad es una categoría clave de la filosofía, y a su vez es una de las más controvertidas. La verdad es un problema filosófico eterno, y la gran pregunta del ser humano desde el principio de los tiempos.

Una definición simple podría enunciar que la verdad es coincidencia de lo que se afirma con la realidad. Pero es difícil asegurar que las interpretaciones y perspectivas de quienes hacen una afirmación, sean realmente coincidentes con el hecho real.

El tema de la verdad interesó a la filosofía desde la Grecia Antigua hasta la actualidad, pero su concepto no es unívoco.

La primera pregunta a responder es si existe la verdad, y luego si es posible acceder a ella. Desde la Grecia Antigua hasta la actualidad, la verdad ha sido siempre objeto de reflexión y análisis, y se han formulado diferentes visiones y teorías sobre el particular.

No hay una definición unívoca de la verdad, porque para hablar de ella es necesario entrar en conflicto con la realidad y la percepción que tenemos de ella. La verdad entendida así puede definirse como concordancia entre lo que decimos de la realidad y lo que ella es en realidad.

Aristóteles definía la verdad de un modo muy simple y a la vez complejo: “Decir de lo que es que es, y de lo que no es que no es, es verdadero. Y decir de lo que es que no es, y de lo que no es que es, es falso”. Su definición supone la correspondencia entre lo que decimos y lo que es,  dando por sentado que es posible comprobar esa correspondencia.

La verdad es una función del lenguaje que pretende describir las cosas como son. Afirmamos con palabras lo que creemos que es cierto y verdadero.

También Nietzsche, en el polo opuesto al aristotélico, definió la verdad diciendo que “es la mentira mas eficiente“. Cuanto se miente con persuasión los demás creen lo que se dice, por lo que el filósofo agrega en su concepto el elemento retórico.

La verdad para Nietzsche es retórica, tiene que ver con el convencimiento y no con la comprobación. Según su teoría no hay hechos reales, sólo interpretaciones. Las cosas son como son en función de cómo las interpreta cada sujeto.

Un mismo hecho puede tener dos interpretaciones antagónicas. Por ejemplo un Papa reformista para algunos está habilitando la apertura de la iglesia, y para otros la está disolviendo. Cada uno está construyendo una interpretación personal acerca del mismo hecho.

La realidad existe y los sujetos la interpretan independientemente de su existencia, pero sólo hay una de esas interpretaciones que es verdadera, que es la que mejor accede a la verdad del hecho.

Hay corrientes de pensamiento que sostienen que los hechos existen, pero ninguna interpretación puede alcanzar la verdad en su totalidad, todo lo que interpretemos es incompleto. Hay verdades relativas según la percepción de cada sujeto.

Verdad y realidad no son sinónimos, porque lo verdadero tiene que ver con la relación del ser humano con las cosas, y la realidad tiene que ver con lo que es independientemente del ser humano que la conoce.

Para la ciencia no hay verdades absolutas, ya que la investigación científica parte del supuesto de una hipótesis, de una verdad provisoria que podría ser refutada empíricamente a través del método científico, de la comprobación de la teoría en la práctica.

Con relación a la fe, quien cree en la verdad revelada por Dios no puede objetivarla ni cederla a otros. La fe es una experiencia personal que no puede explicarse, que sobrepasa el entendimiento humano.

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