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Seguridad alimentaria

La seguridad alimentaria existe cuando la totalidad de los sectores sociales de una comunidad tienen acceso físico y económico a los alimentos en cantidad suficiente para satisfacer sus necesidades alimenticias y nutricionales. El problema alimentario se relaciona con el desarrollo de los países afectando a millones de personas que padecen hambre en todo el planeta.

La persistencia durante varios años de la emergencia alimentaria inducida por el hombre se denomina emergencia prolongada, encontrándose en África la mayor cantidad de crisis. Los conflictos armados, la pandemia del VIH sumados a los períodos de sequías e inundaciones, tuvieron gran repercusión sobre la producción de alimentos afectando la seguridad alimentaria de millones de personas.

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La ONU (Organización de las Naciones Unidas) en su papel de coordinadora de la comunidad internacional y de sus macroeconomías, funciona como alarma para los gobiernos de todos los países.

Los motiva a aumentar la vigilancia de los mercados agrícolas, a contener la especulación excesiva, estabilizar los precios de los alimentos y constituir mecanismos internacionales de cooperación para ayudar a los países en vías de desarrollo a superar las crisis y salvaguardar la seguridad alimentaria.

En América Latina las décadas neoliberales de los 80 y 90 enfrentaron un problema alimentario cuya manifestación más directa fue el consumo insuficiente de alimentos expresado en saqueos a los supermercados. Sus consecuencias inmediatas de hambre y desnutrición impactan a largo plazo en las generaciones futuras afectando la capacidad intelectual y la fuerza del trabajo.

El problema alimentario involucra múltiples sectores de la sociedad donde empleo, ingresos y precios son los factores principales de la crisis alimentaria de los sectores populares.

En Argentina, país agricultor por excelencia, el problema de acceso a los alimentos es un problema económico y social a la vez que político, resultado de un modelo de acumulación de riquezas (sistema capitalista) que a nivel del sistema agroalimentario ha priorizado una estrategia de exportación y producción para los sectores de mayores ingresos, abandonando el papel de productor de alimentos baratos y accesibles para los sectores de escasos recursos.

El encarecimiento de los productos respondió a una sofisticación en la elaboración en términos de marcas, envases y presentaciones competitivas para responder a las exigencias del mercado internacional, dejando de lado la inaccesibilidad para el consumo interno.

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