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Solidificación

La solidificación es el resultado del proceso físico de solidificar, es decir, de convertir en sólido un líquido o un gas. Este cambio de estado de la materia se produce por disminución de la temperatura o enfriamiento, como así también por compresión de la materia. Los compuestos al solidificarse disminuyen su volumen, aunque en el caso del agua sucede lo contrario y aumenta. Tal es el caso de la conversión de agua en hielo en el congelador.

El punto de fusión y de solidificación es el mismo en ambos procesos, es decir que en una misma temperatura (0°) la materia realiza los procesos de fusión y de solidificación, cambiando los estados de sólido a líquido y a la inversa. Al perder calor un líquido por la disminución de la temperatura, sus partículas disminuirán también el movimiento hasta ordenarse en la estructura cristalina, donde el líquido pierde su capacidad para fluir y comienza a solidificarse.

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En el proceso industrial de fabricación metalúrgica el estado inicial de los metales es líquido, pasando por colada continua o a través de moldes al estado sólido en el proceso de producción, donde se efectúa un retiro de energía para facilitar la solidificación.

Los metales son sometidos a altas temperaturas ya que deben estar bien licuados antes de ingresar a la etapa de solidificación, a fin de que sea más fácil malearlos y convertirlos en el estado que habitualmente los conocemos.

Por ello el proceso de solidificación en metalurgia es determinante para obtener un producto final de buena calidad, ya que los defectos ocasionados en esa etapa no podrán corregirse en etapas posteriores.

Las aleaciones y solidificación del metal son parte del largo proceso industrial por el cual los metales se funden o licuan para moldearlos hasta lograr la forma acabada que se pretende.

Antónimos de solidificación

fusión

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