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Vehemencia

El término vehemencia se dice de aquellas personas que son vehementes. Con origen etimológico en el latín, vehemencia específicamente proviene del término vemens, cuyo prefijo antiguo separativo “ve” significa “alejado” o “fuera de”, y “mens” justamente significa “mente”, por lo que podemos afirmar que la palabra vehemente significa, según su origen, “fuera de su mente“, haciendo alusión a una actitud impulsiva, impetuosa y apasionada.

Las personas que actúan con vehemencia se caracterizan por su pasión. Como su origen etimológico lo señala, el modo de proceder de quienes tienen esta cualidad es con ímpetu, proceden de una manera “apartada de su mente”. Esto no significa que se trate de sujetos irracionales, ni siquiera impulsivos en su accionar, sino que más bien refiere a la fuerza interior motivada en la emoción, fuerza que impulsa a la acción.

La pasión y el entusiasmo definen a las personas vehementes, que se expresan con toda su corporalidad.

Las personas vehementes son muy apasionadas en todo lo que hacen, defienden con vehemencia todo aquello en lo que creen, y se comprometen profundamente con sus convicciones. Suelen tener como característica una actitud muy enérgica, un tono de voz nada monótono sino muchas veces altisonante, y una actitud corporal muy expresiva.

La vehemencia no solamente se expresa a través de la voz sino que se complementa a través de la gestualidad, de las posturas corporales, las expresiones faciales y todo tipo de comunicación no verbal, como si en el acto comunicativo estuviese en juego todo el ser en su conjunto. Ello da cuenta de la gran dimensión expresiva de quienes tienen la condición de ser vehementes.

La vehemencia, habitualmente visible en la oratoria, imprime a nuestras palabras una pasión e intensidad fuera de lo común.

En la Biblia puede encontrarse la cualidad de la vehemencia en el apóstol Pablo, a quien conocemos a través de sus Epístolas. Comenzó persiguiendo con fervor a quienes eran seguidores de Jesús para luego, con la misma radicalidad y vehemencia con la que mataba, convertirse en el comunicador máximo de la fe cristiana dando el puntapié inicial al crecimiento y expansión de la iglesia primitiva. Sus escritos son tan apasionados como lo fue su persona.

Las personas podemos tener serenidad o calma en el accionar cotidiano y en la toma de decisiones, pero tener vehemencia a la hora de defender un ideal o de comprometernos con una causa. La vehemencia es la cualidad que transmite entusiasmo, fuerza, energía, fuego. La complejidad del ser humano admite una multiplicidad de formas y diversidad de conductas a adoptar según sea la circunstancia o el suceso experimentado. Toda actitud que manifieste el ser humano sin afectar, ofender o perjudicar a terceros es válida en el ámbito adecuado, en el marco de la libertad de expresión de la que gozamos los países democráticos.

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2 pensamientos en “Vehemencia”

  1. José Alfredo Cruz venega

    Creo q es muy bonito tener claro estos conceptos o palabras q no sin tan apropiadas o usadas por nosotros los hispanos…agradezco por los q se preocuparon de y por ello.. salu2 y bendiciones

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