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Un tifón es un fenómeno meteorológico del mismo tipo que los ciclones y huracanes.

El tifón es un sistema tormentoso, acompañado de lluvias torrenciales con rápidos movimientos giratorios que arrasan lo que encuentran a su paso.

Dicho de otro modo, el tifón es una masa de nubes de diámetro pequeño, que descienden de un cúmulo hacia la superficie del mar, los lagos o de la tierra.

Bajas presiones, fuertes vientos y lluvias giratorias caracterizan este tipo de desastre meteorológico.

Las tormentas tropicales, los huracanes, ciclones y tifones son nombres que designan un mismo fenómeno climático.

La diferencia entre cada uno de ellos está dada por el lugar geográfico donde ocurren, por eso a los huracanes que se producen en el oeste del Océano Pacífico se los llama tifones.

El tifón es un sistema de muy baja presión que se forma generalmente en los trópicos, y contiene aire caliente que gira en sentido inverso a las agujas del reloj, azotando las aguas del Pacífico en su zona oeste.

Los tifones son muy comunes en Japón, Filipinas y China, donde reciben el nombre de tormentas tropicales cuando son de menor gravedad por su menor potencia.

Las imágenes de un tifón a través de un satélite, son las de una especie de galaxia de nubes girando en espiral, con un ojo negro en el centro de ella.

Visto desde arriba el ojo del tifón, puede comprobarse que está formado por un cilindro de nubes que llegan a medir treinta kilómetros.

Ese cilindro u ojo del tifón es la parte más peligrosa y destructiva, con capacidad para causar desastres por cada lugar donde se traslade, con vientos de gran velocidad y tormentas increíblemente intensas cuanto más cerca del núcleo se encuentren.

Cuando se acerca un tifón, empiezan a sentirse vientos que primeramente son normales, pero pronto se ven volar cosas por los aires.

Cuanto más nos adentramos en la espiral de nubes, comienzan a ser mucho más fuertes y huracanados los vientos, a la vez que se va incrementando el daño que causan a su paso.

Los vientos huracanados suelen moverse entre los cuarenta y doscientos cincuenta kilómetros desde su centro (que tiene una zona calma de cien kilómetros alrededor de la cual se desata la violenta tormenta) pudiendo superar los ciento veinte kilómetros por hora.

El daño causado depende de la zona del tifón que haya azotado el área, por eso pueden verse en un mismo barrio viviendas totalmente deshechas, y otras que parecen no haber estado en el lugar del siniestro porque se ven intactas.

La Defensa Civil de toda nación tiene organizado un plan de acción para alertar, auxiliar a las víctimas y proteger a las personas y a los bienes.

Por eso es tan importante su labor, la que está al servicio permanente de la comunidad para enfrentar estas catástrofes naturales.

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