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Seguridad Social

Denominamos “seguridad social” o “previsión social” al conjunto de medidas de protección al ciudadano y a los hogares adoptadas por el Estado, que regulan el acceso a la asistencia médica, la maternidad, la enfermedad, la vejez, la muerte, la invalidez, los accidentes de trabajo y el desempleo. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la seguridad social se trata de una serie de medidas públicas que buscan brindar protección a los miembros de una determinada sociedad ante determinadas eventualidades de la vida de las personas que reducirían sus ingresos y posibilidades.

La OIT y la ONU definen claramente a la seguridad social como un derecho fundamental. Sin embargo, sólo una proporción muy pequeña de las personas del planeta gozan de sus beneficios. En términos generales, se trata de un sistema que financia prestaciones sociales a través de la recaudación de impuestos.

Toda persona tiene derecho a estar protegida por políticas de seguridad social.

Actualmente, más de la mitad de la población en el mundo carece de los beneficios y la cobertura de la seguridad social, no disponiendo de ninguna forma de protección. Y sólo una persona de cada cinco en el mundo tiene disponibilidad de una adecuada protección. En poblaciones como las de África y Asia se estima que sólo entre el 5 y el 10 % de la población accede a la seguridad social, mientras que en los países industrializados la cobertura se acerca al 100 %.

La carencia de cobertura de seguridad social está concentrada mayormente en las economías informales de los países en desarrollo, donde es habitual la precarización laboral y por lo general los habitantes no pueden acceder al pago de sus gastos de salud ni están protegidos en su vejez. Sin embargo, la experiencia demuestra que la mayoría de las personas estaría dispuesta a poner en valor económico a la seguridad social, siempre que ésta brinde satisfacción a sus necesidades más prioritarias.

La seguridad social es el conjunto de medidas públicas tendientes a la protección de los ciudadanos ante las diferentes contingencias y necesidades de naturaleza social. En un mundo globalizado, se ha convertido en un reto para todos los países del mundo, en los que sólo el 20 % de la población mundial goza de una cobertura adecuada.

El trabajo informal ha crecido aún en países de gran desarrollo como consecuencia del capitalismo más cruel, que no detiene su ambición por el crecimiento de su poder económico a expensas de la desprotección de la mano de obra que emplea. Cada vez más trabajadores, en especial mujeres, se desempeñan en empleos poco seguros como el trabajo a domicilio, el trabajo eventual y otros trabajos por cuenta propia que no les permiten acceder a la cobertura de la seguridad social.

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