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Representación

Del latín repraesentatio, que significa “acción de simbolizar“, la palabra representación está compuesta por dos prefijos, re (“reiteración, hacia atrás”) y prae (“antes, delante de”), el verbo esse (de “ser, existir”) y el sufijo ción (“acción y efecto de”). El término representación alude a varias acepciones.

Una de ellas es la representación teatral o cinematográfica, a través de actores que realizan una actuación artística en el escenario siguiendo el guión de un libreto, y ante la presencia de espectadores que asisten a la función.

En el campo artístico, la representación teatral o cinematográfica se realiza en el escenario frente a los espectadores.

Otra de las acepciones de la palabra representación se utiliza en el ámbito jurídico, donde el abogado representa a su cliente para proteger el derecho a la justa defensa, ya sea porque fue agraviado en su integridad física o para ser resarcido si fue perjudicado en sus bienes y patrimonio.

La representación en el área judicial también puede relacionarse con la discapacidad y con la minoría de edad, situaciones en las que es necesaria la presencia de un representante legal que ejerza la tutoría de los derechos de las personas que no tienen capacidad jurídica para ejercerlos.

En las sociedades democráticas la representación del pueblo soberano es ejercida por los gobernantes electos a través del voto popular, de lo que da cuenta la cita republicana “el pueblo no delibera ni gobierna sino a través de sus representantes”.

La definición de representación que surge de la filosofía, subraya la idea de una reproducción de las percepciones presentes y pasadas en la conciencia. La idea o imagen mental que nos formamos de nuestra percepción del mundo exterior la simbolizamos en nuestra mente.

Es decir que la representación mental es la imagen a través de la cual simbolizamos las cosas que percibimos. Lo percibido no es internalizado directamente en la representación, sino que es procesado dinámicamente en función de las vivencias y emociones que se presentan en el vínculo con el otro.

A partir de ese encuentro lo biológico se transforma en psíquico, en un proceso en el que investimos a ese otro de cualidades y significaciones.

Las representaciones permiten internalizar la realidad a través de una construcción mental o interjuego de fantasías inconscientes, experiencias pasadas y presentes, vínculos y emociones.

La formulación comunicacional de ideas sólo es posible si existe previamente una representación de dichas ideas. Las palabras que pronunciamos son la representación de un concepto, y al pronunciarlas el interlocutor puede representarlas en su mente para captar el mensaje.

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