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La otredad implica la existencia de un “otro” diferente a nosotros, que no forma parte de nuestra identidad. También conocida como “alteridad” (alter, del latín, significa “otro”), la otredad es un concepto clave de la filosofía, de la antropología y del psicoanálisis. La idea de un otro considerado distinto a uno mismo forma parte de la construcción de la identidad.

Según Jean Paul Sartre, en “El Ser y la Nada”, la “conciencia del para-sí es imprescindible para poder hablar de existencia” y la “conciencia del para-otro es un punto de partida crucial para entender la realidad humana“. Según el filósofo francés, las relaciones intersubjetivas adoptan modalidades concretas que van, desde la indiferencia hacia el otro, hasta el odio por la humanidad.

Al otro lo encuentro en mi campo de percepción por medio de la corporalidad, y ese otro se revela a mí a través de la mirada, según el pensador francés. El ser visto por el otro distinto de mí constituye la estructura fundamental de las relaciones intersubjetivas. “El otro originario que sale a mi encuentro se presenta ante mí no como aquel que veo, sino más bien como aquel que me ve…”

“La mirada del otro sale a mi encuentro no como aquel que veo sino como aquel que me ve”.

La mirada del otro ubica a los sujetos en un lugar que puede ser aceptado o rechazado. El enfrentamiento entre los sujetos y un otro diferente ha caracterizado la historia de la humanidad y producido situaciones catastróficas. Los genocidios que se produjeron especialmente durante el siglo XX, se vincularon generalmente con la necesidad de eliminar a esos “otros” (razas, culturas, religiones) que con su sola presencia interpelaban la superioridad de una mayoría.

Toda identidad “dura” siempre necesita de un “otro” al que considera inferior, marginal, para fundamentar las diferencias y justificar, de ese modo, su pretendida superioridad.

Pero la otredad es percibir al otro como alguien diferente a uno mismo, lo que no implica que el otro deba ser discriminado como ocurre con la xenofobia, la misoginia, el racismo y la homofobia. Se trata de poder aceptar, respetar y reconocer la diversidad en una convivencia armónica, donde la otredad permite el crecimiento individual a través de la coexistencia de todos en la comunidad.

El poeta y dramaturgo mexicano Octavio Paz (Nóbel de Literatura en 1990) fue conocido como el poeta de la otredad por la profundidad con la que abordó este tema. “La otredad es la revelación de la pérdida de la unidad del ser…es un sentimiento de extrañeza que, tarde o temprano asalta al hombre, porque tarde o temprano toma conciencia, necesariamente, de su individualidad.”

“En algún momento el hombre cae en la cuenta de que existe aquel que no es él, de que están los otros, de que hay algo más de lo que él percibe e imagina.”

La otredad es el descubrimiento que hace el yo del otro, con una amplia gama de imágenes tanto del otro como del “nosotros” y múltiples visiones de él. El poeta afirma que la otredad nos identifica dentro de una cultura y dentro de una sociedad en la que nos identificamos individualmente. Somos parte de una comunidad, de un grupo social pero impartimos nuestro sello propio de identidad.

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