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Obsesión

La palabra obsesión proviene del latín obsessio que significa asedio. Es una perturbación del ánimo causada por una idea fija y tenaz, que ocupa la mente con persistencia y puede expresarse de múltiples formas. Pese a los esfuerzos de la persona por librarse del pensamiento obsesivo, éste persiste aún en contra de la propia conciencia del sujeto.

Las obsesiones más frecuentes son dudas reiteradas, como preguntarse repetidas veces si se cerró la puerta con llave; pensamientos recurrentes sobre la contaminación, como lavarse las manos constantemente para librarse de gérmenes; la necesidad de disponer de determinada forma las cosas, por ejemplo los objetos asimétricos, o cerrar los cajones abiertos; impulsos agresivos o desubicados, como herir a un familiar o gritar en un velorio; o tener fantasías sexuales recurrentes.
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El sujeto con obsesiones trata de suprimir e ignorar los pensamientos recurrentes, o de neutralizarlos con una acción llamada compulsión, por ejemplo comprobando repetidas veces si el gas está cerrado.

Las compulsiones son conductas repetitivas (ordenar, comprobar algo, lavarse las manos) o actos mentales (contar, rezar, repetir palabras) que tienen el objetivo de reducir la angustia y la ansiedad que acompañan a la obsesión, en lugar de dar placer y gratificación.

Esta compulsión lleva al individuo obsesionado con la contaminación por ejemplo, a lavarse las manos hasta dejarlas en carne viva; o a comprobar la cerradura cada un minuto por largo rato; o a contar hasta 100 y de 100 para abajo por cada pensamiento no deseado; o suelen realizar actos estereotipados de acuerdo a reglas complejas que no saben por qué respetan.

Estas conductas, cuando son crónicas, hacen que el trastorno reciba el nombre de trastorno obsesivo compulsivo (TOC). Los adultos reconocen los excesos y la irracionalidad de las compulsiones, lo que no ocurre con los niños.

Las obsesiones y compulsiones causan gran angustia, llevando mucho tiempo diario, e interfiriendo en la vida cotidiana en forma significativa, ya sea en la vida laboral o social.

Hay obsesiones compulsivas relacionadas con la alimentación, que pueden degenerar en trastornos de bulimia y anorexia; con el orden y la limpieza, donde la persona que padece la obsesión limpia sobre lo pulcro y limpio, sin tolerar cambios de lugar de los objetos; son individuos rígidos e intolerantes; y la obsesión amorosa en la que el sujeto centra su atención en el ser amado y desarrolla pensamientos obsesivos en torno a la persona idealizada. Son personas con baja autoestima y muy posesivas.

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