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ISO es la sigla en inglés que representa al Organismo Internacional de Normatización, llamada también Organización Internacional de Estandarización.

Originalmente en inglés, la abreviatura ISO es la International Organization for Standardization, institución fundada en el año 1947 para la creación de estándares internacionales.

La ISO es una organización no gubernamental que tiene independencia para el desarrollo mundial de estándares internacionales que facilitan el comercio entre los países, al proporcionar estándares comunes a todos.

La estandarización de las normas facilita el comercio internacional.

Con sede en Ginebra (Suiza), está compuesta por más de 91 estados miembros, que están representados por diversas organizaciones nacionales de normalización.

La normalización es un proceso por el cual se elaboran y mejoran las normas que son empleadas en distintas actividades científicas, económicas o industriales, con el fin de ordenarlas y mejorarlas.

A través de una serie de comités técnicos, desde el año 1980 la ISO trabajó en el desarrollo de normas comunes que pudiesen ser aceptadas universalmente. Como resultado de dicho trabajo, años más tarde se publicó un compendio de normas ISO 9000.

La diversificación y desarrollo de las normas ISO fue muy importante, abordando diversos aspectos como la calidad, los riesgos laborales, la seguridad, el medio ambiente y la responsabilidad social. En un proceso continuo y periódico van surgiendo actualizaciones y ámbitos nuevos de tratamiento.

Las normas ISO fueron adoptadas por gran cantidad de empresas de muchos países en forma voluntaria, para homogeneizar los parámetros de calidad y las características de los productos y servicios.

Son un documento público resultante del consenso, aprobado por un organismo de normalización reconocido.

Las normas ISO fueron creadas con el fin de ofrecer orientación, simplificación, coordinación y unificación de criterios a empresas y organizaciones, con la finalidad de reducir costos y aumentar la efectividad por medio de la estandarización.

La estandarización permite la comparación de productos de fabricantes diferentes, facilitando el ingreso al mercado de nuevas compañías, y ayudando en el desarrollo de bases justas para el comercio global.

La utilización de estándares propicia la creación de productos y servicios confiables, seguros y de buena calidad.

Los estándares colaboran en el aumento de productividad minimizando los errores y los gastos. Fueron establecidos más de veinte mil estándares para su uso en productos manufacturados, tecnología, seguridad alimenticia, sanidad y agricultura.

También tienen utilidad para la protección de los consumidores, asegurando que el usuario final de los productos y servicios tenga garantía de que los productos certificados se ajustan a los mínimos estándares internacionales.

También contribuyen a la transferencia de tecnología a los países en vías de desarrollo, y proporcionan a los gobiernos una argumentación, fundamento y respaldo técnico para generar legislación en materia de seguridad, salud y medio ambiente.

Son una herramienta para el desarrollo social y económico de un país, que constituyen una base para mejorar la calidad en el diseño, la gestión y producción de productos y servicios, haciéndolos más competitivos nacional e internacionalmente.

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