La identidad nacional se basa en el sentimiento de pertenencia a una nación en relación con la diversidad de sus características, una cosmovisión definida por el localismo o universalismo, costumbres y organización política y social. Las identidades individuales que componen la identidad nacional se refieren a la lengua, la religión, la raza, las clases sociales según sean negadas, asumidas, superpuestas o ignoradas, formando una idiosincrasia de la nación.
La identidad nacional suele utilizar signos distintivos como los símbolos patrios (escudos, banderas, himnos, monedas, selecciones deportivas, etc), y se adquiere por tratarse del lugar del que se es oriundo, por haber vivido largo tiempo, haber formado parte de la comunidad y sentir un vínculo de pertenencia con la tradición y costumbres del lugar.
La identidad nacional es un concepto que se contrapone al de globalización (propio del capitalismo neoliberal), concepto universalista que pospone las particularidades propias de cada nación en beneficio de la interdependencia de los mercados y las culturas.
El concepto de nación surgió luego de la revolución francesa en 1789, con la reorganización nacional de los estados europeos, donde la idea de nación se consolidó como importante no sólo para los gobiernos sino también para los pueblos.
Las comunidades que integran una nación y que comparten un mismo sentimiento de pertenencia o de identidad nacional, tienen en común formas de pensar, valores y principios de convivencia, tradiciones, prácticas determinadas, estructuras religiosas y culturales, bailes típicos.
Definida la identidad nacional de una región, es una consecuencia natural su oposición a distintas formas de imperialismo, colonialismo o globalización, que presuponen el predominio de una región o gobierno por encima de otro sobre la base del poderío económico.
Dicho predominio implica la integración y fusión de todas las características que hacen peculiares a una región, importando las características culturales, sociales, políticas, económicas de las zonas dominantes, destruyendo las identidades nacionales.
