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Gnóstico

La palabra gnóstico proviene del griego gnosis cuyo significado es “conocimiento. Los gnósticos, que surgieron en Grecia en el Siglo I, eran personas que tenían una orientación doctrinal propia, aunque consideraban pertenecer al cristianismo.

Un gnóstico era quien profesaba el gnosticismo, conjunto de prácticas y creencias heréticas que eran muy diferentes a la verdadera doctrina de la iglesia cristiana.

Un gnóstico tenía creencias propias que diferían profundamente con la doctrina cristiana, aunque decían profesar el cristianismo.

El mundo se dividió en dos grandes pensamientos con la llegada de Jesucristo. El pensamiento oriental no podía concebir la idea de que Dios se vistiera de carne y sangre para redimir la humanidad. La filosofía oriental identificaba la carne con el pecado.

Los occidentales, en cambio, no asimilaban la idea de que Jesucristo es Dios. Su problema no fue la humanidad de Cristo sino su deidad.

En el primer siglo surgieron falsas doctrinas cristianas, una de ellas fue el gnosticismo. Rechazaban al Dios Creador del mundo material, negaban la humanidad de Jesús y la Santísima Trinidad.

Si bien los gnósticos tenían la misma Sagrada Escritura que la iglesia cristiana, su interpretación era en sentido contrario. No reconocían a Dios como Creador según consta en el Antiguo Testamento.

Para los orientales Jesús es Dios y no hombre. Como la carne es pecaminosa según el pensamiento gnóstico, nunca Dios podría tener algo que ver con la materia, por eso no creían en Jesús, el Hijo de Dios.

Consideraban que la salvación era sólo alcanzada por los hombres espirituales, y que no se obtenía por Gracia sino que se alcanzaba por el conocimiento de uno mismo que estaba encerrado en la materia, como producto de una chispa divina. La redención de Jesús consistía en despertar al ser humano de ese conocimiento.

Los gnósticos no aceptaron la idea de purificación por la sangre de Cristo, pues era materia impura. Pensaban que la pureza sólo se alcanzaba por el conocimiento.

El gnosticismo era una especie de secta de carácter elitista que tenía desprecio por la creación. Basados en que la materia era mala y pecaminosa, hubo dos corrientes dentro del gnosticismo: el ascetismo y el libertinaje.

El ascetismo despreciaba y combatía el cuerpo, por eso su fin era desechar los instintos, en especial el instinto sexual.

El libertinaje sólo tenía interés en el espíritu; ya que el cuerpo era malo no importaba lo que hicieran con él. Daban rienda suelta a su lujuria, sus deseos y sus instintos.

Se descubrieron muchas obras gnósticas heréticas que tienen, cada una de ellas, una propia orientación doctrinal. Algunos de esos grupúsculos fueron los nicolaítas, los simonianos, los naasenos, los ofitas, los peratas, los setianos, los carpocratianos, los basilidianos, los valentinianos, los marcosianos, entre otras orientaciones gnósticas.

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