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La figura jurídica del cohecho en América Latina, equivale a lo que otras legislaciones de Europa llaman delito de corrupción.

El cohecho es un delito conocido también como coima o soborno. Consiste en ofrecer una suma de dinero a una autoridad estatal o funcionario público, a cambio de obtener un favor inherente a su cargo.

Biblia y monedas que pagan un servicio que no debería cobrarse

El cohecho es un delito que suele llamarse corrupción.

El significado de la palabra es soborno, que deriva del participio cohechar proveniente del latín confectus, cuya traducción es “completamente hecho, preparado, arreglado“.

Es decir que se trata de un negociado que implica la intervención de un funcionario público, que recibe favores indebidos usando su cargo para obtenerlos.

Origen histórico del cohecho

En el Derecho Romano, que es la fuente del derecho en Argentina, no existe específicamente el término.

Pero en la Doctrina existe consenso en relación a que la figura tiene antecedentes en el “crimen repentundae“, del antiguo Derecho Romano.

En aquel tiempo, los jueces encargados de dirimir los conflictos entre los particulares se desempeñaban ad honorem, es decir sin recibir pago alguno.

El crimen repentundae ocurría cuando los funcionarios percibían una suma de dinero en forma indebida, por la tarea que debían prestar en forma gratuita.

El Derecho reconoció a cada damnificado una acción que le permitía recuperar el dinero que el juez cobró en forma ilegal.

El término jurídico es “repetir” el dinero que los jueces habían cobrado por su oficio sin derecho.

Los abusos de los funcionarios sucedían en especial cuando gobernaban en zonas alejadas.

¿Qué bien tutela el cohecho?

En este delito, el bien tutelado es la administración pública. Es muy alta su incidencia en los países subdesarrollados, donde es frecuente la corrupción política.

Si bien la corrupción es un fenómeno universal, su naturaleza sigilosa la convierte en muy difícil de combatir.

En muchos países, quienes acceden a cargos públicos lo hacen con el propósito de obtener ganancias privadas ilegítimas. Se suma a ello que los órganos creados para monitorear la corrupción son parte de los negociados.

Por otro lado, los medios de comunicación forman parte de la telaraña de abusos dando un blindaje mediático a los hechos, cambiando la información real por otra falsa.

Algunos ejemplos de cohecho:

  • Automovilista que soborna a un oficial de tránsito para evitar la sanción por exceso de velocidad
  • Ciudadano que extorsiona a un funcionario para realizar una gestión personal con mayor celeridad
  • Empresa constructora que ofrece dádivas para ganar una licitación
  • Malversación de fondos del Estado por parte de funcionarios públicos
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