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Cognoscente

Cognoscente es un adjetivo que califica a quien tiene la capacidad para conocer. Del latín cognoscere (noscere significa conocer) y de la familia de palabras de cognición, que es el proceso cuyo fin es el conocimiento. La psicología cognitiva estudia el conocimiento (cognición), al igual que la epistemología al sujeto cognoscente, es decir el que es capaz de conocer.

El sujeto cognoscente es el que intenta alcanzar el conocimiento, es decir que es uno de los tres integrantes que forman parte de la relación epistémica: el sujeto A estudia en una circunstancia B al objeto C.

El cognoscente es el portador y productor del conocimiento, por lo que no puede existir a priori el conocimiento sin un sujeto cognoscente, ni una relación epistemológica sin sujetos cognoscentes. Por lo que no se puede afirmar de modo impersonal que el objeto C es conocido si no se indica quién es el sujeto que lo conoce. Lo que significa, como consecuencia, afirmar que “al menos existe un sujeto X que es cognoscente, y que conoce a C.”

Por consiguiente, y de acuerdo a este pensamiento lógico, el mundo de las ideas que postulaba Platón, basado en sus principios idealistas que formulaban la autonomía de las ideas, es una fantasía.

La filosofía da cuenta de diferentes corrientes acerca de si la realidad es una sola en tanto es a la que accede el sujeto cognoscente; o si éste solamente accede a una parte de ella; o bien si la única realidad que existe es la representación mental que cada sujeto cognoscente se hace de ella en su psique, lo que implicará afirmar que hay tantas realidades como sujetos cognoscentes.

El ser humano ha discutido desde los comienzos sobre la existencia de la realidad, lo que ha sido desde siempre tema de debate de la filosofía.

El positivismo es una corriente filosófica que sostiene que el sujeto cognoscente sólo tiene capacidad para percibir una manifestación de la realidad, sólo un aspecto de ella ya que no tiene acceso a la realidad en forma absoluta.

En cambio el constructivismo afirma que el sujeto cognoscente construye o genera la propia realidad desde su subjetividad. De lo que se puede aseverar que la realidad no es externa sino que pertenece a su fuero íntimo, es una representación mental creada por el aparato psíquico, y los individuos interactúan permanentemente con la realidad con el fin de generar alguna clase de conocimiento para poder comprender su entorno, transformarlo acorde a sus necesidades y adaptarse a lo que los rodea.

Platón y la alegoría de la caverna

La visión platónica acerca del acceso al conocimiento y la realidad por parte del sujeto cognoscente, se ilustra claramente con su famosa alegoría de la caverna que reflejaba cómo el ser humano sólo puede conocer las sombras de la realidad, ya que ésta pertenece y está ubicada en el mundo de las ideas.

La alegoría alude, en su narración, a nuestro escaso conocimiento de la verdad y la sabiduría, presentando a cuatro hombres encadenados desde el nacimiento al fondo de una caverna. Las cadenas les impiden girar la cabeza y mirar hacia otro lado que no sea la pared. A la entrada de la cueva, detrás de ellos, se sitúa una hoguera que proyecta sombras que pueden ver los prisioneros, de las siluetas de hombres libres que caminan llevando diferentes objetos. Es decir que la única información que tienen de la realidad son las sombras.

Si alguno fuera liberado conocería la piel del ser humano, sus vestimentas, los objetos que llevaba, la luz del sol sobre su cuerpo. Y descubriría una realidad diferente a la de las sombras que conocía. El sujeto cognoscente sabría que hay un mundo que pertenece a los sentidos, y otra realidad perteneciente a su mundo inteligible y que sólo conocemos a aquella parte de ella a la que podemos acceder.

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