La psicología clínica es una de las ramas de la psicología que se dedica a la aplicación del tratamiento de los problemas o trastornos de la psique. Se trata del uso de un conjunto de técnicas y teorías que conforman la psicoterapia o terapia psicológica, que implica necesariamente una relación entre psicoterapeuta y paciente.
La resiliencia, según la psicología, es la capacidad de adaptación del hombre para superar con actitud positiva la adversidad, un trauma o tragedia, un problema de salud, una crisis familiar o financiera, u otra situación difícil. Es el esfuerzo individual y la perseverancia destinados a superar los obstáculos para reconstruir la propia vida.
Sigmund Freud, neurólogo austríaco padre del psicoanálisis, creó un modelo terapéutico que fue una revolución para la psicología del siglo XIX, basado en su experiencia clínica en el tratamiento de pacientes con fobias, histerias, neurosis y otros trastornos psíquicos. Su teoría sostiene la importancia de la represión en el inconsciente de los impulsos instintivos, por parte de la conciencia.
El pensamiento es un producto elaborado por la mente, que involucra una estructura o andamiaje sobre el cual se conceptualiza la realidad. Es la actividad intelectual por la cual se construye, ordena, da sentido e interpreta la realidad a través de imágenes mentales que se orientan a la resolución de problemas y se expresan a través del lenguaje, a la vez que lo determinan.
Autodominio es una capacidad humana positiva, y una característica del carácter que implica el propio control de los impulsos y reacciones ante ciertos estímulos del mundo social, manejando las emociones y comportamiento en la interacción con los demás. Es un valor por el cual la voluntad se sobrepone a la comodidad de dar rienda suelta a las emociones, eligiendo afrontar con paciencia y aplomo las relaciones interpersonales.
El borderlaine, enfermedad psiquiátrica que también es llamada “trastorno límite de la personalidad”, se caracteriza por patrones de conducta permanentes de constante inestabilidad emocional, que alteran el rendimiento social y laboral de la persona afectada. También se utiliza el término borderlaine para definir un tipo de inteligencia límite o fronteriza con la media, que no llega a constituir un retraso mental.
El afecto es una de las necesidades primarias y esenciales del ser humano que involucra a una o más personas en un proceso social interactivo, ya que el afecto es algo que fluye, que puede proporcionarse y a su vez recibirse. Suele confundirse con la emoción, que es una respuesta interna a un estímulo exterior que describe el estado de bienestar que sentimos, mientras que el afecto es algo que puede brindarse a otro.
La inteligencia emocional es un concepto superador de la noción de inteligencia como mero coeficiente intelectual, ya que da cuenta de una suma de habilidades psicológicas aplicadas en el comportamiento y la actitud, por las que las personas pueden expresar en forma equilibrada sus emociones para comprender a los demás e interactuar positiva y armónicamente.
La comunicación asertiva es un estilo comunicacional por el cual las personas asertivas defienden sus convicciones en forma equilibrada, sin caer en exabruptos emocionales de agresión, ni someterse a la voluntad del otro sumisamente. La asertividad es una habilidad para comunicar o expresar nuestros sentimientos e ideas (sean positivos o negativos) de una manera franca, directa, clara y sencilla reconociendo nuestros sentimientos y derechos al mismo tiempo que respetamos los de los demás.
Nostalgia es un anhelo por volver al pasado del que absolutamente todas las personas estamos exiliadas, y como en todo exilio, algunas veces añoramos regresar. Palabra compuesta por dos vocablos griegos: nostos (regreso) y algos (dolor) significa etimológicamente anhelo o recuerdo doloroso por una situación pasada.
