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Árbol de la vida

El árbol de la vida tiene múltiples significados, es un símbolo de gran popularidad que representa la esencia de nuestra existencia.

Se trata de una de las representaciones más universales y difundidas por la humanidad. En torno a su significación, el árbol de la vida está cargado de pura espiritualidad, sabiduría, bondad y redención.

El árbol de la vida es un símbolo universal y popular que representa el ciclo de nuestra vida.

Si bien tiene muchos significados, el árbol de la vida en general es una representación del ciclo de nuestra existencia. Por eso se compara el árbol con la vida humana a partir de tres elementos: las raíces, el tronco y las ramas.

Nuestro nacimiento es representado por las raíces profundas, y el tronco cuyo crecimiento está direccionado hacia el cielo refleja la vida que llevamos.

En sus ramificaciones múltiples, las ramas representan los caminos y los cruces de ellos que enfrentamos en nuestra vida.

Las decisiones que constantemente estamos obligados a tomar (en las bifurcaciones de las ramas), y las encrucijadas que se nos presentan.

En el transcurso de la vida surgen temas como la espiritualidad, el crecimiento personal, el desarrollo individual, el progreso. Todos ellos forman parte de nuestra existencia, y están representados en el árbol de la vida.

El árbol suele ser considerado el símbolo del crecimiento personal, el progreso y las oportunidades, como también la reencarnación.

Según la creencia de la cultura celta, el árbol de la vida representa protección, proporciona alimento, resguardo y madera.

Al vincularlo con la esencia de la vida humana, el árbol es el eje de la existencia y la conexión con todo lo que está a nuestro alrededor.

Al unir el cielo con la tierra, el árbol de la vida es un símbolo tanto en la religión como en la mitología.

Desde el punto de vista de la Biblia, podemos remontarnos al libro de Génesis que describe la Creación a partir del vacío y la oscuridad. Dios creó el cielo y la tierra desde la nada sólo con su palabra.

Luego de crear al primer hombre y a la primera mujer en el Jardín del Edén, donde Adán y Eva disfrutaban de vivir en el paraíso, Dios hizo que crecieran del suelo toda clase de árboles, que daban frutos deliciosos.

En medio del huerto había plantado el árbol de la vida y el árbol del conocimiento del bien y del mal, del que la pareja no podía comer. Pero Eva tomó una decisión que cambió el curso de la historia de la humanidad.

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