El plano cartesiano debe su nombre al filósofo, matemático y físico René Descartes, padre de la geometría analítica, quien utilizó el concepto por primera vez. Formado por el cruce de dos rectas perpendiculares que se cortan en un punto llamado “origen”, el plano cartesiano posibilita la representación gráfica de una función a través de coordenadas cartesianas o pares ordenados.
La recta horizontal se llama eje de las abscisas o de las equis (X), y la recta vertical es el eje de las yes (Y) o eje de las ordenadas. La finalidad del plano cartesiano es describir la posición de puntos representados por coordenadas.
Las coordenadas son formadas por la asociación de un valor del eje perpendicular X y otro valor del eje perpendicular Y. Es decir que un punto determinado, por ejemplo P, puede ubicarse en el plano cartesiano basándose en sus coordenadas.
Procedimiento para ubicar un punto en el plano cartesiano
- Para localizar el valor de x o la abscisa, se deben contar las unidades hacia la derecha (si son positivas) o hacia la izquierda (si son negativas) partiendo de cero, es decir, del punto de origen.
- A partir de la localización de x, se cuentan en el eje de las ordenadas las unidades correspondientes: hacia arriba (si son positivas) o hacia abajo (si son negativas). De esta manera se localiza un punto en el plano cartesiano dadas ambas coordenadas.
Concluyendo, la determinación de las coordenadas de un punto o la localización de él en el plano cartesiano, se obtiene contando las unidades del eje de las x hacia la derecha o hacia la izquierda, y del eje de las y hacia arriba o hacia abajo, según sean positivas o negativas, respectivamente.
