Moringa

La moringa es un árbol originario de la India, que pertenece a la familia moringaceae, también llamada marango. El género está compuesto por trece especies, propias de climas tropicales y subtropicales. La más común es la oleifera que crece en todo tipo de suelos, incluso los áridos. De crecimiento rápido, su altura oscila entre los 3 y los 5 metros en su primer año de vida, pudiendo alcanzar los 12 metros el árbol adulto.

La moringa tiene un ramaje quebradizo y colgante, cuya corteza es de corcho. Sus hojas de color verde claro miden 60 cm de largo, y caen en épocas de sequía. Sus fragantes flores blancas o crema aparecen a los siete meses de la plantación cuando caen las hojas de la moringa.

Moringa

Este árbol también produce vainas marrones triangulares y colgantes de 120 cm de largo y 2 cm de ancho que contienen semillas oscuras, muy rústicas y fáciles de cultivar.

La moringa es un árbol cuyas partes pueden comerse crudas, especialmente las flores que son de agradable sabor y muy ricas en carbohidratos.

Las hojas suelen usarse para hacer jugo o zumo, cuyo sabor es suavemente picante (similar al rabanito). Asimismo las vainas cuando están verdes pueden cocerse asimilándose mucho a la chaucha, y cuando maduran pueden hervirse con agua y sal para extraer las semillas, cuyo sabor se parece al garbanzo.

Incluso las raíces del árbol son también comestibles, de aspecto similar a la zanahoria pero de sabor picante, muy aprovechables para la fabricación de un condimento.

De las semillas del fruto de la moringa se puede extraer aceite de alta calidad, semillas que son útiles para el tratamiento eficaz del agua sustituyendo el sulfato de aluminio, con la ventaja de ser biodegradables.

La moringa es muy beneficiosa para la salud, ya que presenta un alto contenido de vitaminas, proteínas, minerales y antioxidantes, que confieren sobresalientes cualidades para la nutrición en general y para la composición de una dieta en particular.