La lengua, sistema de signos orales y escritos que sirven para la comunicación, puede ser transmitida no sólo a través del habla, sino también por medio de textos literarios. La narración es un tipo de texto en el que se relata un hecho (real o imaginario) que sucede a los personajes en un determinado tiempo y lugar, donde se aborda el desarrollo del argumento.
Contar un cuento, narrar un sueño, comentar una historia o compartir una anécdota son algunas de las formas en que utilizamos en la vida cotidiana la narración. Entre sus partes, es importante presentar un marco narrativo que suele estar al comienzo del relato, donde se indica el lugar y el tiempo en que se desarrolla la acción, pudiendo presentar inclusive a alguno de los personajes.
Al analizar el texto narrativo o la historia, deben tenerse en cuenta la acción principal y las acciones secundarias que forman parte del argumento, los personajes que llevan a cabo la historia o trama argumental, y de qué forma están estos elementos ordenados (estructura).
Es importante saber en qué posición se ubicará el narrador, es decir quien cuenta lo que sucede a los personajes. Si relata lo que sucede a otras personas, se estará expresando en tercera persona. Y si el narrador está incluido entre los personajes de la historia, y participa él mismo en los hechos, estará expresándose en primera persona.
En la mayoría de los relatos se combinan las acciones secundarias con la principal, conformando un ritmo narrativo. Según cómo se encadenen las secuencias de este proceso podemos hablar de:
- Condensación: es un recurso indispensable en aquellos relatos en que la acción se dilata en el tiempo, por lo que los acontecimientos se condensan o se relatan a través de elipsis narrativas.
- Expansión: recurso típico de la novela psicológica, donde las acciones se detienen y el relato se demora para dar lugar a descripciones entre las que se destacan las características de la personalidad, actitudes y rasgos del mundo interior de los personajes.
