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Enamoramiento

Enamoramiento es un estado afectivo que hace sentir a las personas enamoradas o atraídas profundamente por alguien. Lo caracteriza la necesidad de estar constantemente junto a la persona amada, la felicidad extrema y la alegría de encontrar a alguien con quien compartir las cosas de la vida.

Enamoramiento es un proceso emocional poderoso, intenso y arrebatador que sume a la persona enamorada de una felicidad inexplicable. Se pierde la concentración, hay deseos de unión física e intimidad y se idealiza mucho al otro, quien se convierte en el centro de atención.

Amor

Desde el punto de vista bioquímico, el comienzo del enamoramiento es en la corteza cerebral y produce respuestas fisiológicas, cambios físicos y psicológicos fácilmente identificables. Cuando alguien nos atrae se activa el lenguaje de nuestro cuerpo a través de mecanismos de seducción, que se traducen en la forma de pararnos, de vestirnos, de mirar a la persona que nos interesa revelando que sentimos algo especial. Se conjuga nuestro instinto inconciente y animal, con nuestra habilidad estratega, la que todos tenemos.

Desde el punto de vista químico, la atracción a la que refiere el enamoramiento produce en el cerebro feniletilamina, sustancia química que provoca la secreción de dopamina, de efectos similares a las anfetaminas, que produce un estado natural de euforia cuando estamos con nuestra pareja.

También se disparan otras sustancias químicas que generan atracción y deseos de estar juntos, ya que a partir del momento de ver a la persona que nos atrae, se la identifica con sensaciones positivas de sensualidad, excitación, alegría, emoción, cariño.

Estas sensaciones se interpretan a nivel psíquico, físico y emocional por eso el estar enamorado desarrolla una mirada positiva sobre el otro, de encantamiento donde el tiempo vuela, todo es risas y sueños estando despiertos y la personalidad del otro parece perfecta.

No debe confundirse enamoramiento con amor, ya que éste supone haber atravesado la etapa color de rosa del enamoramiento, y poder estar al lado del otro a pesar de su vulnerabilidad y sus defectos. El amor verdadero no manipula ni juzga y tiene más placer en dar que en recibir. En el amor los dos se muestran tal cual son, sin disfraces, de carne y hueso, sin miedo al rechazo, aceptándose como son, donde ambos pueden amarse tanto por su luz como por sus sombras.

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