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Drogadicción

La drogadicción, o adicción a las drogas, es la dependencia causada por el consumo reiterado de sustancias que son trasladadas por la sangre directamente al cerebro, generando la necesidad paulatina de aumentar los niveles de dosis. Si bien no todo consumo de drogas es un problema, el uso inicial puede fácilmente derivar en un proceso de abusos que se convierte necesariamente en adicción.

La drogadicción es una enfermedad que afecta a la salud psíquica, física y social del individuo, donde la decisión y responsabilidad en el inicio del proceso es vital para no caer en el abuso, que produce consecuencias tóxicas agudas y crónicas como el estado de dependencia.

La droga es una sustancia cuyo consumo actúa directamente sobre el sistema nervioso, transformando el sistema psíquico y causando alteraciones en la personalidad, percepción sensorial, comportamiento, juicio, y emociones dependiendo de la cantidad y frecuencia en el consumo. Algunas drogas pueden causar euforia, excitación, alucinaciones, distorsión de la realidad y hasta pérdida de la habilidad de decisión.

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Hay drogas legales como el alcohol y el tabaco, y otras ilegales como la cocaína, la marihuana, la heroína, etc. pero todas tienen la característica de que al ingerirlas (fumarlas, tragarlas, inyectarlas) son transferidas por la sangre directamente al cerebro provocando alteraciones.

La introducción en el organismo de una cantidad de sustancia mayor a la que éste tiene capacidad de metabolizar, puede producir intoxicación o sobredosis, casusantes del estado de coma y hasta de la muerte.

Los factores de riesgo de la drogadicción, están vinculados no sólo a la sustancia sino al individuo y al ambiente o contexto social, por lo que el trabajo de prevención y acción directa debe ser la familia, la escuela y el grupo social de influencia.

El auténtico problema de las drogas, a diferencia de lo que se cree, no está en las drogas en sí, sino en las políticas que las criminalizan sin enfocarse en el sujeto que las consume y en las condiciones en que lo hace.

Condiciones de ilegalidad, marginalidad, estigmatización, pobreza, discriminación, insalubridad y desinformación en medio de políticas que, lejos de resolver el problema, lo agravan.

Se impone otra perspectiva que permita incluir una nueva modalidad para enfrentar la situación, no ya causada “por” las drogas sino asociada a ellas, reconociendo alternativas de solución para aquellos que no pueden o no quieren dejar de consumirlas.

La drogadicción no ocurre por culpa de las drogas sino de las situaciones asociadas a ella. El VIH/SIDA es un ejemplo de la existencia de problemas mayores que la droga misma, puesto que la alta incidencia de VIH en usuarios de droga intravenosa evidencia el fracaso de la política pública tradicional.

El VIH/SIDA no se transmite por la droga o por su consumo, ni siquiera por el uso inyectable, sino que el VIH/SIDA se transmite por el uso compartido de los equipos de inyección infectados.

Por ello se debe reivindicar la importancia del sujeto que consume (quién, cómo, por qué) y su circunstancia, y no la causalidad en las drogas.

La política del Estado de bienestar debe conjugar el trinomio droga-sujeto-contexto considerando políticas sociales de inclusión de los sectores vulnerables, que apunten a contrarrestar la marginalidad y los daños sociales derivados de la vulnerabilidad de los derechos humanos e individuales de algunos sectores de la sociedad.

Sinónimos de drogadicción

drogadependencia

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