El cambio climático es la principal amenaza al medio ambiente a la que se enfrenta el planeta, denominándose así a las modificaciones del clima en relación a todos los parámetros meteorológicos, ya sea precipitaciones, temperatura, nubosidad o presión atmosférica con respecto al historial del clima en esa región. Como consecuencia del accionar humano, los combustibles que se utilizan para la producción de energía (carbón, petróleo y gas) liberan gases a la atmósfera, que producen un efecto invernadero, aumentando notablemente la temperatura de la Tierra, y distorsionando el clima global del planeta.
Las causas de los cambios climáticos pueden ser de tipo natural como son los procesos de la Tierra o del sistema solar, tales como las erupciones volcánicas, las variantes de la energía solar, la circulación oceánica, entre otras. O bien pueden responder a la influencia de la actividad humana, como la emisión de gases, la alteración del suelo, y el calentamiento global.
El cambio climático es un cambio duradero y estable en períodos que pueden comprender millones de años. En política ambiental, se asemeja el cambio climático a calentamiento global, es decir, aumento de la temperatura de la superficie del planeta por acción del ser humano.
La investigación científica advierte que la temperatura global no debe superar los 2°C para evitar consecuencias catastróficas que perjudicarían seriamente al planeta, impactando en lo social, lo económico, lo político y lo ambiental.
Si no se cambia la manera de producir y utilizar la energía, se prevén fuertes impactos y consecuencias:
- El derretimiento de masas de hielo permanentes en el planeta, como los glaciares, que causaría el crecimiento del nivel del mar poniendo en riesgo, además, la principal reserva de agua dulce del mundo.
- Incremento de sequías, inundaciones y olas de calor.
- Propagación de enfermedades.
- Destrucción de muchos ecosistemas.
